Los últimos datos entregados por el INDEC en septiembre de este año reflejan que en el Gran Buenos Aires la desocupación llegó al 10,2%. Jonatan Campos tiene 34 años, es vecino de Florencio Varela y fue uno de los miles de afectados por esta problemática, ya que durante cuatro meses se levantó todos los días a las cinco de la mañana y salía a repartir sus currículums que hacía a mano. Después de la nota hecha por Telenoche hace menos de un mes, Jonatan consiguió trabajo en La Plata.
La historia de Jonatan es de un intento de superación constante. Actualmente vive en el barrio Santa Rosa junto a su madre y sus dos hijas, de 11 y 6 años. Ha hecho cualquier tipo de trabajo desde que tuvo que dejar el colegio porque no tenía la ropa para asistir, en ese entonces tenía 14.
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Cuando nació, los médicos le diagnosticaron un retraso madurativo y le dijeron a su madre que las extremidades del lado derecho jamás se le desarrollarían. Sin embargo, ya adulto, no tiene ningún tipo de problema físico. Al momento de comenzar la escuela primaria, le informaron que tendría que ir a un colegio para niños con capacidades diferentes, pero hizo oídos sordos a esto y estudió hasta segundo año del secundario con todo al día.
La memoria de Jonatan es envidiable, recuerda a todas y cada una de las personas con las que trabajó, además de las direcciones de todos sus empleos. Son más de 10 los trabajos que ha hecho, desde limpiar los barcos en el puerto de Buenos Aires hasta reponer los alimentos de una verdulería en Varela.
Estuvo más de cuatro meses sin conseguir trabajo, sobrevivía y alimentaba a su familia con las donaciones que le da la gente. Él se acercó en más de una oportunidad al Consejo Deliberante de Florencio Varela, donde se encuentra la oficina de empleo, y nunca nadie pudo darle una mano para encontrar trabajo. Le decían que tenía que enviar su currículum vía online, pero Jonatan no cuenta con acceso a internet.
Después de la nota de Telenoche, Carlos Caratolli se comunicó con él y le ofreció una oportunidad laboral en Ringuelet. Ahora Jonatan hace tareas de mantenimiento en el taller de chapa y pintura. Sigue levantándose muy temprano, al igual que hacía cuando iba a repartir los currículums, pero esta vez para estar a las 8 de la mañana en su nuevo trabajo.
Sin embargo, cuando todo parece mejorar, el contexto de esta Argentina te golpea justo en el rostro. El miércoles pasado Jonatan sufrió un intento de robo en Berazategui, tan solo tenía su teléfono que le había dado su patrón hacía unos días y trescientos pesos. Él, ya entregado, les dijo: “Estoy yendo a laburar”, a lo que los motochorros le respondieron: “Nosotros también estamos laburando”. La policía apareció justo a tiempo y logró detener a los delincuentes que tenían 17 años.
La historia de Jonatan es la historia de miles de argentinos que atraviesan la misma situación que él. La desesperación los atraviesa y cargan con el peso de poder llevar un plato de comida a la mesa de alguna manera, haciendo lo que sea a base de esfuerzo. La historia de Jonatan es una historia más de esta Argentina inexplicable, donde lográs salir adelante después de mucho esfuerzo, pero no sabes cuándo te lo pueden arrebatar.