No es fácil decir “yo fui víctima de una viuda negra”. El pudor, la vergüenza y la culpa hacen que este tipo de robo y ataque sea poco denunciado. Gustavo Domínguez necesita contar lo que le pasó. El dolor y la necesidad de prevenir a otros hicieron que diera la cara. Es una de las pocas veces que una víctima de una “viuda negra”, cuenta su experiencia.
Se conocieron en una aplicación de citas. Como había ocurrido otras veces, después de algunos chats decidieron encontrarse. Planificaron la cena en la casa de él, hasta allí llegó quien dijo ser Alejandra, con otros fines que no eran los de Gustavo. El recuerdo de Gustavo, llega hasta después de cenar, después se fue a negro. De esa noche de terror, solo le queda la angustia y una foto que logró sacarle para ver si alguien puede identificarla.
Veinte horas después despertó en el sillón, confundido, desubicado. Cuando pudo volver en sí, se dio cuenta de lo que había pasado: una viuda negra lo había atacado y había desvalijado su casa. Después supo que había sido con Burundanga, la droga que anula la voluntad, intoxica y puede matar a una persona.
Estuvo veinte horas inconsciente y le dio todo el tiempo del mundo a la “viuda negra” para llevarse todo lo que encontró: desde el televisor, el celular, la computadora con trabajos y recuerdos familiares, hasta la comida que tenía en la heladera y alacenas y su prótesis dental.
Gustavo hizo la denuncia judicial en la UFI N°3 de Morón, con la esperanza de que puedan encontrarla, sabiendo que las posibilidades son pocas, que este tipo de delincuentes son habilidosas para captar a sus víctimas, engañarlas, sacarles todo lo que tienen en su poder.
Si alguien la reconoce, puede dar datos que ayuden a identificarla en la UFI N°3 de Moron, causa IPP- 10-00035739-21.
