Un año impensado para ellas porque contra sus propios pronósticos estrenan el siempre doloroso traje de viudas. Así eligen llamarse: Las Viudas del Covid. Desde hace dos meses armaron una red invisible pero cada vez más poderosa que las sostiene, las contiene y las levanta cada vez que el ánimo se estrella contra el piso.
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Paola fue quien tuvo la idea y aún hoy no sabe cómo se le ocurrió semejante idea que se traduce en la posibilidad de atravesar con otras ese camino incierto e inevitable llamado duelo. Se sienten menos solas y al mismo tiempo más comprendidas porque sus maridos murieron por la misma razón, el COVID.
Ya son más de 70 mujeres de distintos lugares de la Argentina y hasta de otros países de América que están en el mismo grupo que intenta funcionar como equipo sostén. Consideran que las muertes de sus maridos eran evitables y se produjeron por la desidia y la torpeza en algunas decisiones del Estado. La frase que más se escucha entre ellas es que “no murieron, los mataron”.
Las viudas del Covid fundamentan esta postura con hechos que incluso están en la justicia: demoras en la llegada de vacunas, falta de planificación y distribución de las dosis, vacunatorios vip, desidia. Y cómo si fuera poco el Estado no se preparó durante la pandemia para agilizar trámites, facilitar gestiones, simplificar las burocracias en todo lo que hay que hacer cuando el sostén de la familia se muere –por Covid- en pocos días.
En eso andan estas mujeres que empiezan a hacerse fuertes para sobrellevar el dolor, amortiguar el sufrimiento, acompasar la soledad, ayudarse a seguir en lo que haga falta.
Otra vez las mujeres dando un paso al frente, organizándose, levantando la voz, sacudiéndose el alma. En medio de tanta muerte sin aviso ni despedidas se da el nacimiento de otro fenómeno social para que nadie se haga el distraído. Así piensan y así sienten “Las Viudas del Covid”.
