A pesar de todas las complicaciones por la pandemia, Ariel Ghio (33) y Magdalena Romani (28) lograron viajar desde Buenos Aires a Barcelona. Estaban motivados: tenían una propuesta laboral en Palma de Mallorca, muchas ganas de conocer Europa y la posibilidad de hacer capacitaciones para, al regresar a la Argentina en octubre, ser mejores profesionales.
El 29 de julio amanecieron felices. No solo iban a cumplir objetivos en el extranjero sino que además estaban juntos y lo celebraban: ese día festejaban diez años de relación. La fecha tenía que ser memorable y lo fue por una razón impensada.
Ariel y Magdalena son videógrafos y fotógrafos, y en el puerto de Barcelona, en el Muelle Sant Bertran, les arrebataron todos los equipos que habían logrado comprar “después de muchos años de esfuerzo y ahorro”.
“La mochila era muy pesada, me dolía la espalda y la bajé dos segundos cuando Magui me da unos papeles después de hacer el check-in. Cuando me doy cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, me hicieron un cambio de mochila”, relató el joven en un video que publicaron en sus redes sociales. Perdieron cámaras, lentes, micrófonos, y computadoras, a pesar de que en ese sector de preembarque “había solo unas 15 o 20 personas”.
En medio de la desesperación, descubrieron cómo es el modus operandi: “Te confunden con la misma cantidad de bultos. A simple vista, ves que están todas tus cosas pero te cambian alguna y tienen tiempo de escapar con tranquilidad. Yo salí corriendo a ver si veía a alguien con mi mochila, una persona me señaló una dirección pero seguramente era cómplice, y el delincuente se fue en realidad para el otro lado”, explicó Ariel en diálogo con TN.com.ar e indicó que a cambio de sus equipos, valuados en unos 20.000 euros, le dejaron una mochila con una botella de agua adentro.
“Nos robaron la mitad de nuestra vida”, aseguró Magdalena, que en ese momento fue el sostén fundamental de Ariel pero que ahora, días después del hecho, empezó a sentir las consecuencias del estrés. “Ando como perseguida, mirando para todos lados, llevando la mochila sobre el pecho”, detalló.
“Yo entré en shock, ella reaccionó de una manera increíble. Pasé 16 horas de llanto ininterrumpido porque sentía una culpa tremenda”, relató Ariel que está ansioso por poder tener acceso a las cámaras de seguridad para conocer cómo se produjo el cambio de mochila. Ambos ya hicieron la denuncia en la policía, también fueron al Consulado pero aún no tienen novedades: “Nos dijeron que si necesitaban algo de nosotros, nos iban a llamar”.
Lo que más ayudó a tranquilizarlos, y a tomar la decisión de quedarse en España con equipos prestados para cumplir con los compromisos laborales, fue el apoyo de la gente a través de las redes sociales. “Nos sobrepasó el amor que nos transmitieron y por eso pensamos en organizar una rifa internacional”, contó Magdalena en diálogo con TN.com.ar. A todos los que los ayuden con dinero, que necesitan para cubrir gastos y la falta de sus herramientas, les ofrecerán su trabajo: “Pensamos en hacer sorteos semanales y, como premio, le ofrecemos a los que colaboran lo que sabemos hacer: podemos coordinar alguna capacitación; hacer foto productos para mejorar la imagen de un emprendimiento; cubrir un evento... Estamos evaluando posibilidades”, aseguraron.
A pesar del contratiempo que sufrieron a los tres días de haber llegado a España, consideran que el hecho les “pasó por algo”. “Sueño todo el tiempo con que encuentro mi mochila, pero tenemos que intentar ver algo positivo en todo esto, la historia tiene que cambiar en estos 80 días”, reflexionó Ariel.