Una tentación poco saludable. Esas cuatro palabras definen muy bien a lo que generan las golosinas en todos lados del mundo. Su agradable sabor, su dulce textura y su bello olor hacen a estos dulces algo irresistibles para cualquier persona. Sin embargo, hay un sector etario que hay que tener más en cuenta: los niños.
Si bien las personas grandes son maduras y saben cómo deben cuidarse, en el caso de los más pequeños son los adultos quienes deben tomar la responsabilidad de velar por la salud de sus hijos. Y uno de los ámbitos donde se los debe cuidar es en las golosinas, ya que la mayoría de estos productos contienen sustancias artificiales nocivas para la salud.
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Si bien se sabe que se debe limitar el consumo de golosinas en los niños especialmente por el cuidado de los dientes, también hay que prestar atención en otros aspectos de la salud de los niños que se pueden ver afectados debido al consumo diario de dulces.
Por eso, antes de saber qué golosinas pueden ser más saludables para tu hijo, es interesante conocer de qué manera se puede regular el consumo de dulces en los niños con tanta oferta por doquier.
Consejos para controlar el consumo de golosinas
- Evaluar el contenido de azúcar. El azúcar es doblemente perjudicial en los niños, ya que afecta tanto en sus dientes como en las calorías que genera. Por ello, un buen método para racionalizar el azúcar que ingresa al cuerpo de tu hijo es observar la cantidad de azúcar agregado que contiene un alimento.
Las etiquetas de alimentos muestran el total de azúcar, que incluye los azúcares naturales, y hay que estar atentos porque puede o no incluir los azúcares agregados que se utilizan para mejorar el sabor. Ayuda mucho conocer la conversión de azúcar de gramos a cucharadas: 4 gramos = 1 cucharada. En una dieta de 2.000 calorías al día, el 10% equivaldría a 50 gramos de azúcar (10 cucharadas).
- Descubrir el azúcar oculto. Continuando con los azúcares, es importante seguir haciendo hincapié en el azúcar agregado, porque muchos alimentos que se comercializa como saludable puede tener mucho de esta sustancia. Esto se soluciona revisando las etiquetas de alimentos tales como las bebidas deportivas, licuados, barras proteicas y de granola, y yogures.
- La fruta entera. Es un excelente sustituto de las golosinas y también se considera un postre. Si en un primer momento sus hijos evitan comerla, derretir un poco de chocolate amargo y permitir que sus hijos sumerjan la fruta puede ser una buena opción en el comienzo.
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- Bebidas sencillas. Evitar las gaseosas en la primera etapa del niño es fundamental para que luego este no genere un mal hábito alimenticio. Lograr que tu hijo tenga como bebida principal el agua será altamente positivo para el resto de su visa. Hay que tener cuidado con el jugo de frutas, porque puede provocar caries dentales graves debido a los líquidos azucarados.
- Buscar el equilibrio. Saber entender los momentos como padre es fundamental, porque el hecho de prohibir continuamente puede generar un deseo poco saludable por el azúcar que puede terminar siendo contraproducente. Es interesante que los niños aprendan a equilibrar todas las opciones disponibles cuando puedan tomar decisiones sobre los alimentos por sí mismos.
Golosinas saludables para los niños
- Barrita de cereal: a base de cereales, frutas secas, coco, yogurt, gelatina y semillas aportan entre 100 y 120 calorías cada una. Incorporan fibras a la dieta, así como vitaminas y minerales, y no son tan perjudiciales para las dentaduras de los niños.
- Chocolate amargo: contiene un 70 % de cacao y tiene menos de la mitad de azúcar que el chocolate con leche.
- Caramelos light: satisfacen el deseo de algo dulce sin aportar calorías y con menos azúcar que los caramelos convencionales. Son ideales para vencer la ansiedad antes de las comidas. Un caramelo contiene menos de 8 calorías.
- “Gomitas”: un paquete de 30 gramos de esta golosina a base de gelatina, clara de huevo y azúcar aporta 95 calorías.
- Cereales: tienen la cualidad de ser livianos y tener volumen, por lo que una porción de 50 gramos equivale a una taza y aporta solo 200 calorías.
En qué pueden dañar las golosinas
Las golosinas contienen gran cantidad de azúcar, grasas trans, sodio, colorantes y saborizantes artificiales, entre otros compuestos, y eso puede generar un daño severo en la salud de los niños.
- Los azúcares simples, que son los que contienen las golosinas, son llamados “calorías vacías”. Pueden producir aumento de peso sin aportar ningún nutriente de calidad que sea aprovechable por el cuerpo.
Además, puede provocar aparición de caries dentales, hiperactividad en los niños, aumento de los triglicéridos sanguíneos, reduce el apetito, lo cual perjudica la incorporación de alimentos de mejor calidad nutricional que son necesarios para el crecimiento y desarrollo.
- Sodio. A pesar de que la mayoría de las golosinas tienen sabor dulce, contienen cantidades significativas de sodio, caso similar al de las gaseosas. El exceso de sodio diario produce un aumento de la presión arterial, sobrecargando al corazón en sus funciones, con la posible consecuencia de padecer hipertensión crónica, que incluso se puede desarrollar en la niñez u adolescencia.
- Las grasas trans y saturadas, producen daños en el sistema cardiovascular, aumentando el colesterol, y de esta manera, predispone a enfermedades cardiovasculares, incluyendo el accidente cerebrovascular (ACV), que actualmente es la primera causa de muerte en el mundo.
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- Aditivos artificiales como colorantes, saborizantes, conservantes, entre otros, varios estudios los relacionan con reacciones alérgicas, efectos sobre el sistema nervioso, lo cual se traduce en hiperactividad en los niños, falta de concentración, ansiedad, debilitación del sistema inmunológico o de defensas.