Las quejas de los argentinos que no pueden volver del exterior por la restricción oficial en la cantidad de vuelos que llegan a Ezeiza se multiplican por estas horas en todo el mundo. “No es grato lo que estamos pasando porque no se entiende el sentido de la medida. Bajar la cantidad de pasajeros que pueden volver a la Argentina de 2000 a sólo 600 fue algo intempestivo”, aseguró en diálogo con TN un hombre llamado José Muñoz que espera por su regreso al país en el aeropuerto de Miami.
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Muñoz mostró todo su fastidio con la situación al señalar que “es un disparate que le prohíban regresar a gente que ya tiene dos vacunas aplicadas y PCR negativo, sobre todo en un país donde faltan vacunas. Yo tenía que viajar el 29 de junio, pero me reprogramaron el pasaje para el 5 de agosto. Estoy tratando de alguna manera de pasar el mal momento que estamos sufriendo acá”.
A muchas personas que están en Miami les ha caído muy mal que desde el Gobierno las califiquen como “turistas”, ya que algunas de ellas viajaron en los últimos días hacia la ciudad estadounidense porque son familiares de los argentinos desaparecidos por el trágico derrumbe del edificio Champlain Towers.
Por su parte el médico Mario Fuks, que viajó a Los Ángeles para dictar una conferencia y luego se trasladó a Miami para ver a un hijo, señaló que “es muy increíble todo. Yo estoy con mi esposa y ayer Aerolíneas Argentinas nos canceló el vuelo hacia Buenos Aires y sin fecha de reprogramación. No contestan los mensajes de WhatsApp ni tampoco los llamados telefónicos, y se habla que están pasando vuelos para agosto. La verdad es que es una vergüenza, no puedo creer que esté pasando por esto. Sobre todo porque yo ya tengo aplicadas las dos dosis de la vacuna Sputnik, tengo anticuerpos positivos medidos dos o tres veces, y también tengo PCRs negativos. ¿Si una persona está sana por qué se le prohíbe entrar al país?”
A su vez Luis Horacio Borro, un argentino de 76 años que se encuentra en lista de espera en la estación aérea de Miami, había comprado su pasaje en 2019, antes de que se desatara el coronavirus en todo el mundo. “Yo no tenía ganas de viajar por la pandemia, pero finalmente tuve que hacerlo porque no me postergaban más el vuelo. En Aerolíneas Argentinas y la agencia de viajes me dijeron que si no viajaba perdía mi ticket. Ahora estamos viniendo todos los días al aeropuerto para ver si me pueden cambiar la fecha del viaje, pero todo el mundo está haciendo lo mismo y por eso no hay lugar”.
El hombre, que es insulinodependiente, agregó que “yo recibí en la Argentina la primera dosis de la vacuna Sputnik, pero como nunca me llegó el turno para la segunda consulté con mi médica y decidí aplicarme una dosis de Pfizer acá en Estados Unidos”.
Evelyn, otra argentina que también se encuentra en lista de espera en Miami junto a su esposo Ramón, también se mostró ofuscada por la imposibilidad de volver al país: “Nos perjudican, el Gobierno argentino hace lo que quiere y a nosotros nos dejan tirados acá. Nosotros compramos nuestro viaje en 2019 y estamos acá de vacaciones. Desde Aerolíneas Argentinas me dijeron que si yo no viajaba hacia Miami antes del 30 de junio perdíamos los pasajes o teníamos que pagar 150 mil pesos de diferencia por cada uno”, explicó la mujer.
Visiblemente enojada con la medida oficial de restringir la cantidad de vuelos que llegan a Ezeiza, Evelyn añadió: “Yo estuve 90 días sin salir de mi casa en Ushuaia respetando el DNU y la cuarentena. Me parece que es una falta de respeto que el gobierno que nos representa haya dicho que es mejor que los argentinos que están en el exterior se queden allá. Son unos desconsiderados, porque ellos viajan a costilla de nuestro sacrificio porque son políticos que viven hace años de la política, ¿y nos vienen a hablar así? Nosotros tenemos derecho a transitar por donde nosotros tenemos ganas, porque es nuestra plata y yo no vivo de planes. No tienen cara”.
Pasadas las 18:30 hora argentina se cerró la lista del último vuelo desde Miami y un total de 70 argentinos se quedaron afuera de este último avión del martes, lo cual desató bronca y lágrimas entre los afectados.