Siempre que se dice plantas, se piensa en tierra, raíces, riego y crecimiento. Pero desde siempre, ha existido una técnica de cultivo diferente, que no requiere del suelo para crecer. La hidroponía consiste en que los vegetales reciban una solución nutritiva y equilibrada disuelta en agua con los elementos químicos esenciales para su desarrollo. A estos nutrientes, las plantas comúnmente los buscan en la tierra a través de sus raíces, pero con esta técnica les llegan a través del agua.
Por sus características resulta una forma de cultivo sustentable, de bajo costo, ideal para producir vegetales de rápido crecimiento pero sobre todo pensada para producir alimentos allí donde no hay tierra fértil. Su gran importancia social reside en esta última característica ya que la ubica como una técnica clave para llevar capacidad productiva a cualquier zona.
En la Argentina, está mayormente difundida en la Patagonia por la menor fertilidad de su suelo. Pero en Zárate, más precisamente en la localidad de Lima, Akamasoa Argentina y Verdeagua desarrollaron una huerta de 400 metros cuadrados en donde estiman producir 4.000 kilos de verduras mensuales.
Allí, se concentran en la producción de lechugas. Esta verdura funciona como antioxidante natural y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. Cultivada de manera hidropónica, se logra una calidad premium y su cuerpo resulta más carnoso que el de las cultivadas en tierra. Principalmente, producen dos variedades de lechugas “hoja de roble”: verde y morada.
Para desarrollar este vegetal hidropónicamente, se genera un plantín en un sistema que se llama “maternidad”. Luego se lo introduce en los caños por donde pasa el agua con las disoluciones minerales, que son básicamente el alimento que necesitan las plantas.
Con este método el ciclo de crecimiento de la lechuga disminuye, lo cual permite obtener cosechas con mejores rendimientos en menor tiempo. La planta llega a un tamaño listo para recoger en aproximadamente un mes, más rápidamente que en una huerta normal ya que el vegetal no se estresa teniendo que buscar los nutrientes en la tierra.
En el caso de Zárate, la hidroponía cumple una función primordialmente social. El objetivo de Akamasoa es capacitar a las personas de la zona para que puedan tener, no solo una forma eficiente de producir sus alimentos sino también una salida laboral e incluso un saber técnico que cada vez es más requerido. Así, se aseguran una fuente de ingresos para el grupo familiar.
De esta manera en las lechugas hidropónicas se refleja una posible solución para muchos de los desafíos más importantes a futuro: la erradicación del hambre, la generación de trabajo y el cuidado ambiental, a través de una forma más eficiente de utilizar los recursos naturales.
Historia de la hidroponía
El estudio de la hidroponía data del año 382 a. C. Incluso en Roma, se detectaron cultivos hidropónicos como el pepino.
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que se desarrollaron las soluciones minerales para el aporte de nutrientes requeridas para cultivos hidropónicos. cuando su uso se popularizó. Actualmente, esta técnica se utiliza en países chicos como Holanda o desérticos como Israel.