El sacerdote italiano Nicola Corradi, de 85 años, cumple su pena a 45 años de prisión bajo arresto domiciliario por su avanzada edad. Su colega Horacio Corbacho, de 60, no tuvo tanta suerte: pasa sus días en el pabellón 5 del complejo penitenciario mendocino de Boulogne Sur Mer en cumplimiento de una sentencia a 42 años de cárcel. Ambos fueron hallados culpables de abuso sexual y corrupción de menores hipoacúsicos cometidos en el Instituto Próvolo de la ciudad mendocina de Luján de Cuyo, en uno de los casos más aberrantes que involucraron a miembros de la Iglesia Católica en Argentina.
Ahora, ambos recurrieron con un escrito extraordinario federal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para pedir que les sean anuladas las sentencias dictadas por la justicia de Mendoza en 2019. ¿El argumento? Falta de pruebas.
Sus abogados defensores alegaron que durante el proceso se cometieron, además, una serie de irregularidades, como “la “violación al derecho de defensa, al debido proceso y a la sana crítica racional”, reportó el Diario Uno de Mendoza.
Pero el argumento más contundente fue que ambos curas fueron sentenciados “sin pruebas de cargo condenatorias, sin valoración en favor del defendido y con testimonios contradictorios”. Además, ambas defensas iniciaron en la Justicia Civil y Comercial el trámite para obtener el beneficio de litigar sin gastos en procesos judiciales.
El caso de los abusos sexuales en el Instituto Próvolo conmocionó al país y tuvo varias ramificaciones, ya que también se desarrolló un proceso paralelo por los mismos delitos aberrantes contra menores de edad hipoacúsicos en la sede de esa institución religiosa en La Plata. En ese caso, la justicia determinó en 2020 la prescripción de todos los abusos cometidos en la sede platense del instituto.
El fallo fue dictado por el Tribunal de Casación Penal bonaerense que declaró prescripta la causa que investigaba a los sacerdotes Corradi y Corbacho y a un profesor de informática por abusos sexuales y corrupción de menores hipoacúsicos en el Instituto Próvolo de La Plata.
Sin embargo, Corradi y Corbacho sí fueron sentenciados a 45 y 42 años de prisión el 25 de septiembre de 2019 por el Tribunal Penal Colegiado de Mendoza acusados por abusos sexuales a alumnos hipoacúsicos del desaparecido Instituto Próvolo de Luján de Cuyo.
En la causa hubo un tercer condenado, el jardinero Armando Gómez, sentenciado a 18 años de cárcel. Gómez, sin embargo, no se sumó al reclamo elevado por los dos sacerdotes ante el máximo tribunal.
El caso Próvolo
En noviembre de 2016 se conocieron los casos de abusos cometidos contra unos 230 niños y niñas en el lnstituto Antonio Próvolo de Lujan de Cuyo, lo que llevó a la clausura del establecimiento. Solo 20 víctimas prestaron testimonio. El caso fue seguido con atención por los denunciantes de la sede del establecimiento en La Plata y en Verona, Italia, donde nació la institución.
// El Vaticano pidió perdón por los abusos en el Próvolo pero no echó a los curas
En agosto del 2017, un hombre de 43 años, exalumno en la sede platense, aseguró que en ese lugar se vivió la misma situación de abusos sexuales que en la institución donde comenzó la denuncia. El hombre, que es hipoacúsico, declaró en la causa de Mendoza y señaló a Corradi como autor y cómplice de los vejámenes ocurridos en la sede del instituto y dio detalles de los abusos sexuales, malos tratos y hasta de la pésima alimentación por parte de los clérigos a los alumnos.
La Iglesia Católica finalmente pidió perdón en 2019 por estos abusos sexuales de menores. “La Iglesia nunca encubrió a los sacerdotes en cuestión y el proceso canónico sigue su curso en la Congregación de la Doctrina de la Fe”, indicó. Además, resaltó el hecho de que la Iglesia “nunca ocultó información ni quitó colaboración” en la causa.
