César Pelli nació en San Miguel de Tucumán el 12 de octubre de 1926. Su madre era docente y, preocupada porque su hijo se forme académicamente, lo anotó en la escuela cuando aún no tenía edad suficiente. Su padre era empleado público, pero además moldeaba arcilla por hobby y fue quien le transmitió la pasión por el arte.
Egresó del Colegio Nacional a los 16 y se anotó en Arquitectura en la Universidad Nacional de Tucumán. No sabía exactamente a qué se quería dedicar pero la carrera tenía suficiente arte como para resultarle atractiva. Así empezó a diseñar sus primeras obras y se fascinaba dibujando templos griegos y romanos con tinta china. Pronto descubrió que la arquitectura podía tener un rol social que lo atraía.
Era muy joven cuando conoció a su esposa, la arquitecta y paisajista Diana Balmori, nacida en España. Habían estudiado juntos en Tucumán y se fueron a completar estudios en la Universidad de Illinois, gracias a una beca. A los 20 años, César ya tenía a Denis, su primer hijo con Diana. Después llegaría Rafael, que siguió los destinos profesionales de su padre.
Pero Estados Unidos no fue una parada en su vida, sino que se convirtió en un hogar. La familia decidió instalarse y César entró a ser parte del prestigioso estudio de Eero Saarinen. Participó del diseño de edificios emblemáticos como la terminal TWA en el aeropuerto JFK de Nueva York y los colegios Morse y Stiles de la Universidad de Yale. Más tarde, fromó parte de compañías como DMJM y Gruen Associates, creó el Pacific Design Center de Los Ángeles, y la Embajada de Estados Unidos en Tokio.
// El argentino que arañó el cielo
En 1977 pasó a ser decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Yale y, en paralelo, fundó su propio estudio, César Pelli y Asociados. Desde entonces, levantó edificios de oficinas, museos, aeropuertos, grandes laboratorios, centros de arte, escuelas, hoteles y torres residenciales en todo el mundo.
En 1995, el Instituto Americano de Arquitectos lo destacó como uno de los 10 arquitectos más influyentes en la vida de los Estados Unidos. No era para menos… Entre las obras que diseñó a lo largo de su vida se destacan el World Financial Center de Nueva York, la Plaza One Canada en Londres, el Centro Cira en Filadelfia, la Torre de Cristal en Madrid, la Torre YPF de Buenos Aires, la Gran Torre Santiago de Chile, la Torre Iberdrola en Bilbao y la torre Pelli en Sevilla. Además, claro, de las Torres Petronas de Kuala Lumpur, en 1998, que son emblema del poderío oriental y que durante mucho tiempo fue el edificio más alto del mundo. A los 92 años, Cesar Pelli murió el viernes 19 de julio del año pasado en su casa de New Heaven, Connecticut. Se fue después de dejar a la Argentina en lo más alto de la arquitectura mundial.