Andrea es la primera de una larga fila de personas de todas las edades que buscan uno de los 15 puestos de trabajo que ofrece un bar de Wilde. Malnatti recorrió el lugar porque sabe que no estamos solos. Y directamente habló con ella porque quería saber por qué estaba en el primer lugar de la cola. Ella llegó a las 10 de la mañana cuando, en realidad, el bar empieza a entrevistar a las 18. Lo había intentado el martes pero no lo logró por la gran cantidad de gente que había.
// "No estás solo": así fue el reencuentro entre el hombre que está en silla de ruedas y su vecina
Andrea vive en una villa junto a su hermana y su mamá. Está en sexto año del secundario y quiere estudiar veterinaria. “Amo a los animales”, asegura y agrega: “Todos tienen las mismas posibilidades si ponen voluntad y esfuerzo”.
Sobre su vida, cuenta que al principio de la pandemia tenía dos trabajos fijos, pero que ahora todo cambió y busca desesperadamente una entrada para ayudar en su casa y poder seguir la carrera que eligió.
“Es difícil la situación”, detalla pero conserva la fe: “Fue un día agotador pero ojalá valga la pena”. Pero Malnatti está acostumbrado a decir “no estás sólo”. Le propone a Andrea que si llega a conseguir el trabajo, ofrezca algo que pueda ayudar a otro y así ser parte de esta cadena de solidaridad que vemos todas las semanas.
“Puedo ser asistente de un veterinario”, dice contenta por la propuesta y lógicamente expectante con la esperanza de conseguir el trabajo que tanto necesita. Al terminar de hablar con Malnatti vuelve a su lugar en la fila con su fe intacta. Es la primera historia de más de 1500 que pasaron por este bar de Wilde para conseguir un trabajo.
