Los éxitos en televisión suelen ser fugaces y en muchos casos las estrellas de esos programas que conquistan el corazón de millones de espectadores se van apagando con el paso del tiempo. Así le ocurrió a Santiago Stieben, el actor que está por cumplir 40 años y en su niñez interpretó al pequeño Roña en Chiquititas.
Después de su consagratorio papel en la tira creada por Cris Morena -que rompía el rating en Telefe allá por los 90- no tuvo otros roles destacados en la pantalla chica, así es que los fanáticos de la icónica serie se preguntan qué fue de la vida de Santiago Stieben.
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Con apenas 10 años, se ganaba el corazón de los televidentes como Roña, el travieso y carismático huerfanito de la telenovela infantil. Su pelo rubio y largo era el sello distintivo del pequeño, que no superaba el metro cincuenta de estatura y era una figura inconfundible en la pantalla de Telefé.
Sin embargo, detrás de los aplausos y el reconocimiento, se gestaba una historia de esfuerzo, adaptación y superación. En estas tres décadas a Santiago le tocó atravesar situaciones difíciles y hasta se animó a pedir ayuda por redes sociales en un momento en el que no tenía trabajo y necesitaba dinero para subsistir.
El salto a la fama por interpretar a Roña en Chiquititas
El ascenso a la fama fue rápido y demandante. Durante cuatro años, Stieben vivió el furor del proyecto liderado por Cris Morena, participando en exitosas temporadas teatrales con hasta tres funciones diarias. Este ritmo frenético que llevó durante cuatro temporadas lo obligó a cambiar de escuela y a sacrificar los momentos habituales de la infancia.
Tras el fin de la tira, el éxito que lo había llevado a la cima dio paso a una etapa de incertidumbre. En la adolescencia, Stieben enfrentó una crisis personal y profesional, agravada por la falta de oportunidades laborales en el mundo de la actuación. Mientras algunos de sus compañeros del elenco, como Agustina Cherri, Celeste Cid o Luisana Lopilato, lograban mantenerse en el centro de la escena, él debió reinventarse.
Durante un tiempo trabajó en un local de ropa en el Alto Palermo, atendió un bar y colaboró en el negocio gastronómico familiar. Incluso intentó un emprendimiento propio: un taller de diseño de borcegos, aunque este no prosperó debido a la apertura de importaciones.
Lejos de rendirse, Santiago construyó una carrera diversa y resiliente. Su amor por el teatro, que descubrió durante los años de Chiquititas, lo llevó a explorar nuevas facetas como productor y a considerar estudios para convertirse en stage manager.
A lo largo de los años, también trabajó en distintas producciones para Disney, donde pasó 12 años participando en series como O11CE y Freaks. Estas experiencias le permitieron conectar con nuevas generaciones y mantenerse activo en la industria.
La pandemia de Covid-19 marcó otro momento desafiante en su trayectoria. Stieben tenía planeado participar en el musical Escuela de Rock, pero el confinamiento interrumpió el proyecto. Sin un plan B y viendo cómo sus ahorros se agotaban, realizó un pedido de trabajo a través de LinkedIn que se viralizó, generando una ola de apoyo y oportunidades.
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Esta iniciativa no solo le permitió sobrellevar la crisis, sino que también lo conectó con nuevos proyectos, como una participación en la serie El Encargado, con Guillermo Francella.
Hoy, Santiago Stieben, que tiene una hija de 9 años, valora su capacidad de adaptación y el aprendizaje que le dejaron los altibajos de su carrera. Si bien confiesa que la popularidad de su niñez fue un hito irrepetible, también destaca las sorpresas que esta profesión le sigue regalando. Y sólo pide dos cosas: tiempo y salud, porque está convencido que con su fortaleza y el apoyo de su familia podrá salir adelante siempre.
