“Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizá pueda contratarlos”, aclaraba una voz masculina en off mientras sonaba el característico tema musical de presentación (una especie de marcha militar muy pegadiza y reconocible al instante) compuesta por Mike Post, mientras aparecían los héroes de The A-Team (Brigada A) en acción. Los guionistas fueron Stephen Cannell y Frank Lupo.
“Brigada A” fue una serie emitida exitosamente por la cadena NBC, desde el 23 de enero de 1983 hasta el 8 de marzo de 1987. En nuestro país, la compró el Canal 9 de Alejandro Romay en 1984 y sumaba 50 puntos de rating cada episodio.
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De qué se trataba Brigada A
Contaba las aventuras de un comando compuesto por cuatro exmilitares del ejército norteamericano, perseguidos por un delito que no habían cometido, que ayudaban a toda persona honrada que sufriera acoso, extorsión o estafa de un villano poderoso. Esa víctima no tenía, a veces, siquiera la opción de recurrir a las autoridades porque estaban sobornadas o bajo la influencia del poder de ese ser maligno, entonces se topaba con la ayuda del Equipo A, los Magníficos.
El grupo estaba formado por el coronel John “Hannibal” Smith (George Peppard) jefe y cerebro de la brigada, el teniente Templeton “Faceman” Peck (Dirk Benedit) –algo así como el galán de la serie-, el capitán H.M. Murdock (Dwight Schultz) experto piloto de aviones y helicópteros que se hacía pasar por enfermo mental y estaba internado en un hospital psiquiátrico de donde escapaba para cada misión, y el sargento Mario Baracus (Mr. T) el musculoso invencible del equipo, con una única fobia, el temor a viajar en avión.
The A Team contó con otros personajes, como el de periodistas femeninas que en distintos momentos los ayudaban a conseguir información sobre los “malos” del episodio, y los generales de brigada que sucesivamente los perseguían para llevarlos a corte marcial y encarcelarlos.
Generalmente, “Hannibal” Smith muy disfrazado contactaba al contratante y luego el grupo realizaba investigaciones, recopilaba datos, y provocaba a los delincuentes a los cuales los iban derrotando con regularidad cada vez que se presentaban. Finalmente antes del golpe final contra los malhechores, la brigada, en almacenes de maquinaria, laboratorios o talleres mecánicos, utilizaba sus habilidades para convertir los instrumentos que estaban a su alcance en armas contundentes.
Brigada A y el guiño a la platea infantil
Pero tal vez pensando en sumar también al público infantil, a pesar de que se disparaban fusiles y artillería de gran calibre, no se veía sangre, nadie moría ni salía mortalmente herido, y las explosiones solo hacían volar por el aire algún vehículo o personaje que siempre sobrevivía y salía ileso. Y al vencer a los enemigos, “Hannibal” Smith a punto de fumar un habano decía sonriente: “Me encanta cuando un plan sale bien”.
Esta idea de considerar también al público infantil tuvo su correlato comercial a través del merchandising en juguetes como los muñecos con las figuras de los protagonistas y la famosa camioneta negra de Brigada A, entre otros.
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Brigada A fue una serie de acción que enamoró a grandes y chicos, cuyo nudo argumental no ha envejecido y por el contrario, fue parcialmente copiado por otros futuros programas. En síntesis, nadie puede dudar que fue uno de los grandes e inolvidables títulos de la pantalla chica, que los argentinos tuvimos la suerte de poder ver en la televisión vernácula.