Si hay algo que caracteriza a Sergio Lapegüe es ser un periodista todoterreno, alguien que no duda en apostar al cambio constante, a reinventarse cada vez que puede. Durante sus 30 años en TN y eltrece pudimos verlo como productor, cronista y conductor de diferentes formatos y programas. De las notas más graciosas andando en bicicleta, a las coberturas más difíciles, como la del atentado a la AMIA.
Nos hizo conocer parte de la Argentina, viajando a lugares remotos para contar lo que estaba pasando, y nos acompañó durante varias noches al frente del Prende y Apaga. Hoy, con más de tres décadas haciendo periodismo, sigue comentando las noticias en Tempraneros con una simpatía que traspasa la pantalla. Pero el camino para debutar como conductor, su sueño desde chiquito, no fue fácil.
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“No puedo creer que hayan pasado 30 años, o sea, yo me siento joven, pero esas tres décadas están encima del cuerpo”, aseguró Lape en diálogo con TN Show. En la charla, repasó algunos de los momentos que más recuerda de su trayectoria, las cosas que aprendió en este tiempo y le dedicó unas lindas palabras de agradecimiento al público que lo acompaña desde sus comienzos.
Sobre su carrera todoterreno, comentó: “El comienzo no fue fácil. Pasé por todo, pero creo que tiene que ser así: uno tiene que pasar por todos los lugares para aprender, conocer y hacer experiencia en el camino”. De sus comienzos en la producción televisiva a los 26 años hasta su debut en la conducción -su sueño de la infancia- a los 42 años, Lape no solo cambió de trabajo, sino también de vida.
“Lo importante es nunca dejar de soñar. Las oportunidades no te van a buscar a la puerta de tu casa. Vamos a tener piedras en el camino, trabas, palos en la rueda. Siempre hay dos alternativas: frenar o superar el obstáculo. Si te quedás quieto la vida sigue, pero si esquivás la piedra vas a fortalecer el espíritu”.
Las coberturas más icónicas de Sergio Lapegüe durante sus 30 años en TN y eltrece
El 18 de julio de 1994 un atentando terrorista conmocionó a la Argentina: un coche bomba explotó en la puerta de la Asociación Mutual Israelita Argentina y mató a 85 personas. Ese día, un jovencísimo Sergio Lapegüe debutó con un móvil en el lugar de los hechos, una experiencia que recuerda como si hubiera sido ayer.
“Cuando llegamos a Once encontramos destrucción, muertos tirados en la calle. Yo nunca había hecho un móvil. Estuve 10 días cubriendo. Y después seguí yendo al hospital para ver cómo estaban las personas que había visto en la calle”, recordó el comunicador. “Estuve dos o tres años sin poder sacarme del cuerpo ese extraño olor a pólvora sangre, muerte y destrucción”, agregó.
Otra de las coberturas que Lape todavía recuerda, y que marcó su cercanía con la gente, fue el piquete en la ruta nacional 34 de Tartagal, Salta, en 1997: “Fue verdaderamente impactante para mí porque fue la primera vez que tenía contacto con la gente. Ellos pensaban que yo les había solucionado el problema, porque todo el pueblo apoyaba el piquete”. “Cuando terminó el conflicto, los piqueteros me alzaron y me llevaron durante 500 metros agradeciéndome la cobertura. Fue muy especial”, agregó.
El 20 de diciembre de 2001 Lape también estaba en la calle: “Me tocó ir a la Plaza de Mayo. Me acuerdo que se acercó el jefe de la policía y me dijo ‘en 15 minutos tienen que desalojar la plaza’ porque habían decretado el estado de sitio. Fueron 8 horas con gases lacrimógenos, balas de goma y una enorme cantidad de muertos. Fue dramático”.
Más allá de las coberturas difíciles que tuvo que llevar adelante, el conductor de Tempraneros intenta salir de la norma constantemente: “Siempre trate de buscarle una vuelta de rosca a las noticias. Ese fue mi gran desafío, siempre ser distinto como cronista, como productor, como movilero y ahora como conductor”.
Sergio Lapegüe, un agradecido del público
Más allá de sus distintas facetas detrás y frente a cámara, algo se mantuvo intacto en estos 30 años, el cariño del público: “Yo soy un agradecido con la gente que nos mira todas las mañanas, que nos elige cada día”.
“Siempre tratamos de que la gente se vaya a trabajar con una sonrisa, que pueda despertarse con alegría. La vida ya es dura de por sí, si prendés la tele y encontrás un tipo que te tira todo el tiempo mala onda, va a ser mucho más dura y más complicada”, concluyó.
