Tato Bores marcó un estilo propio e inconfundible con sus inolvidables monólogos de humor político en la televisión argentina. En los más de 30 años que permaneció al frente de distintos ciclos en diversos canales de aire, se impuso como un referente analítico en tono de sátira de la realidad socio-económica del país.
Nacido el 27 de abril de 1925, dio sus primeros pasos artísticos en radio y teatro. Luego, en 1957, llegó a la televisión por Canal 7: lo hizo con Caras y Morisquetas; Tato y sus Monólogos y La familia GESA. Prontamente logró consagrarse. Más tarde pasó con su ciclo Tato, siempre en domingo en Canal 9 y se retiró en 1993 con Good Show, en Telefe.
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Su humor de observación y los análisis que llevaba a cabo destacaban en su ápoca y lo siguen haciendo hoy en día dada la vigencia de los temas que trataba. Por eso no es de extrañar que usualmente refloten vídeos de sus monólogos en los que lanza predicciones que, a pesar de resultar irrisorios en ese entonces, luego terminarían cumpliéndose, como sucedió con su vaticinio del dólar a $200.
Más allá de estos momentos que salen a la luz e impresionan por su actualidad, la carrera de Tato Bores está repleta de momentos icónicos. Algunos quedan en el recuerdo, otros pasan a anécdotas diarias y hasta se ha llegado a sentar jurisprudencia respecto a la censura. Resulta lógico con tantos años en activos contar con un amplio archivo para destacar.
Mejores momentos de Tato Bores: su cruce con el radicalismo
Tras haberse dedicado de lleno a la versión teatral de La jaula de las locas junto a Carlos Perciavale en 1986, Tato decidió volver a la televisión. El contexto eran las elecciones legislativas de 1987. Sin embargo, tras reunirse con las autoridades de distintos canales de aire (en esos tiempos eran todos estatales), se le dio a entender que desde el radicalismo, a cargo del Ejecutivo nacional, no estaban de humor para su estilo.
Iba a volver entonces para 1988 con su ciclo Tato diet y ya desde el primer programa apuntó contra todos. De hecho, en su monólogo de apertura en la primera emisión comenzó enumerando cómo estaban las cosas cuando se había retirado en 1985 y hasta ironizó, en referencia al levantamiento carapintada que el presidente Raúl Alfonsín debió sofocar el año anterior:, que “en las Semana Santa se estilaba romper los huevos de pascua y nada más”. En ese mismo monólogo, remató: “Las cosas andaban, no te digo que ‘uy’, pero andaban. No los puedo dejar solos un minuto”.
Fue así que tras una breve presentación pasa a contar su fallido intento por regresar el año anterior. “A mediados del 87 intenté hacer mi aporte patriótico, pero impedimentos tales como pretender salir en mitad de la campaña electoral me lo impidieron” afirmó al pasar mientras continuaba con su monólogo.
Mejores momentos de Tato Bores en la TV: Susana Gíménez interpreta a la Justicia
En la década del ‘90, Tato empezó a cerrar sus programa con una cena a solas con un invitado estrella. El segmento no presentaba muchas variaciones en su formato. Por esta razón, llamó la atención cuando Susana Giménez fue disfrazada de la Justicia a formar parte.
La diva se presentó con una toga clara y una balanza que sostuvo colgando con su mano delante de si a pedirle a Tato que le presentase “un buen abogado”. Cuando el humorista responde que si ella necesitaba un abogado “estamos todos fritos”, la justicia le afirma que quería presentar una denuncia por “violaciones reiteradas”.
Mejores momentos de Tato Bores en la TV: contra Jorge Rafael Videla
No es de extrañar que, por sus modos y críticas, Tato fue una personalidad que constantemente estaba bajo la lupa de los gobiernos militares. Aun así, se las arreglaba para colar sus intrépidas observaciones en distintos sketchs. En Tato vs. Tato simuló una conversación telefónica con Jorge Rafael Videla, quien le anunciaba que dejaba el cargo del Ejecutivo.
En esta charla, Bores le dijo al supuesto Videla: “Ah, ¿eso quiere decir que pronto vamos a elegir presidente nuevo?... Ah, nosotros no”. Y finalizó con un tajante “cada vez que lo elegimos nosotros no nos dura nada”.
Mejores momentos de Tato Bores en la TV: la jueza Barú Budú Budía
La jueza María Romilda Servini de Cubría dispuso en mayo de 1992 que algunos fragmentos de Tato en América no se emitieran. El sketch en cuestión que había motivado la decisión judicial trataba de un arqueólogo del futuro que investigaba la desaparición de la Argentina mediante hallazgos que le permitían inferir cómo había sido “nuestra civilización”. La respuesta de Tato fue una gran convocatoria a los más reconocidos artistas locales que se sumaron a él para reclamar contra la censura previa.
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Se presentó una enorme cantidad de figuras del ámbito artístico, cultural y periodístico, entre los que destacaban nombres como Enrique Pinti, Luis Brandoni, Bernardo Neustadt, Mariano Grondona, Julián Weich, Patricia Sosa, Magdalena Ruiz Guiñazú, Jorge Guinzburg, María Laura Santillán, Reina Reech, Pappo, China Zorrilla, Mónica Gutiérrez, Mario Pergolini, Nicolás Repetto, Alejandro Dolina, Ricardo Darín, Gustavo Cerati y varios más. Todos ellos se unieron en un canto de apoyo a Tato que rezaba “La jueza Barú Budú Budía es lo más grande que hay”.
