Este lunes, Gran Hermano vivió una gala cargada de emociones intensas. Luciana, la novia de Brian, irrumpió en la casa vestida de novia y le pidió matrimonio al participante, desatando una ola de sentimientos que rompió las reglas del juego.
El momento ocurrió en pleno desafío de los “Congelados”, en el que los participantes deben mantenerse inmóviles y en completo silencio. A pesar de la estricta prohibición, Brian no pudo contenerse al ver a su novia ingresar al salón. Moviéndose, hablando y abrazando a Luciana, desobedeció las órdenes, lo que le costó una severa sanción por parte de Gran Hermano.
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Minutos después, el programa emitió un comunicado en el que se destacó la desobediencia de Brian. El mensaje del Big fue claro y contundente: “En dos ocasiones anteriores apliqué sanciones, y en esta oportunidad, tu desobediencia fue evidente. Entiendo tu emoción, pero la sanción será severa”. Recordó que tanto Luciana como Luz, compañeras de Brian, también habían sido sancionadas previamente por movimientos mínimos.
El castigo fue inmediato: Brian perdió el derecho a participar en la prueba de liderazgo del día siguiente, y si permanecía en la casa, a partir de la próxima semana quedaría permanentemente nominado hasta el final del certamen.
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Pese a la sanción, Brian no escondió su felicidad. “Gracias a la producción. Me hicieron una persona feliz. Traté de no traer el afecto de mi mujer y mis hijos dentro de la casa. Quiero ganar, pero esto me superó emocionalmente”, expresó con emoción a Santiago tras la sanción, dejando claro que el momento con Luciana valió más que las reglas del juego.