Nino Dolce enterró los momentos más turbulentos de su carrera. Aunque alcanzó la popularidad gracias a Playboy -donde cocinaba rodeado de mujeres desnudas- eso no lo enorgullece, y quiso cambiar el rumbo de su vida tras hacer un viaje espiritual a Perú. Ahora es otra persona. Tiene un nombre diferente y físicamente está muy cambiado.
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El excocinero hot se abocó al judaísmo y lo disfruta de forma ortodoxa. Se llama Noah Ben Sarah y tuvo que hacerse la circuncisión, aunque la experiencia no fue la mejor por culpa de su mascota. En una nota con Diarioshow, contó que el rabino le entregó el pedazo de piel que le habían quitado para que la enterrara en una maceta, como indica el ritual, pero que su gato lo encontró y se lo robó.
“Salió corriendo con el pedazo de cuero en la boca. Lo tuve que buscar por toda la casa para rescatarlo y volverlo a enterrar”, recordó entre risas. El ex Gran Hermano también reflexionó sobre su transformación, y reconoció que no está para nada arrepentido.
“Fue como un ritual de cortarle la cabeza al dragón después de tantos años de playboy y de estar con tantas mujeres. Ese fue el espíritu de la circuncisión y para cumplir con el pacto Abraham, una obligación de todo judío. Yo lo hice por motu propio”, concluyó.
En sus redes hay algunas imágenes y videos de su presente, y se lo ve bastante diferente. Tiene el pelo claro y ya no exhibe su físico. Comparte fotos con su hijo, su perro, su pasión por el club Lanús y alguna que otra postal retro, pero sin contenido sexual.
En 2018 había dado algunos detalles de su nueva vida. “Estoy vivito y coleando. Ahora prefiero que me llamen Rómulo y en el templo al que voy soy Noah. Yo nací judío, obviamente, pero entré de lleno en el tema religioso en 2015. El viaje que hice a Perú como retiro espiritual me hizo click la cabeza. Me di cuenta de que mis raíces estaban en el judaísmo”, indicó en Confrontados.
Luego explicó cómo es su día a día alejado de los medios: “Mi rutina diaria es un rezo a la mañana, le agradezco a Dios por lo que tengo y le pido perdón por mis errores y las macanas que me mandé, que son muchas. Quedé marcado con una imagen que no fue la que hubiese querido”.
Por último, expresó que le costó sanar el ego, y que ahora la mujer tiene otro espacio en su vida: “Estaba muy expuesto, me había sometido a una picadora de carne. No hay que ser un títere de lo que los medios necesitan, pero yo me prestaba. Ahora a la mujer la veo desde otro lugar, ya no puedo estar cocinando con mujeres desnudas. Mi misión es ser buen padre y utilizar el potencial que tengo para hacer el bien. Me queda la mitad de la vida para hacerlo. Donde hubo oscuridad siempre puede haber luz. Las bendiciones estarán conmigo todos los días de mi vida”.
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Sin embargo, Nino volvió a los meidos, aunque de una manera totalmente distinta, ya no es en Playboy sino en Radio Jai.