El cine francés llora la muerte de Jean-Paul Belmondo, a los 88 años. Alain Delon, otra de las grandes figuras de la pantalla grande ese país y compañero del actor en varias producciones históricas, se mostró consternado por la pérdida de su amigo.
“Estoy completamente devastado. Voy a intentar aguantar para no hacer lo mismo en cinco horas. No estaría mal que nos fuéramos los dos juntos. Es una parte de mi vida, empezamos juntos hace 60 años”, aseguró Delon, a la cadena francesa CNews.
En otro reportaje publicado en Europe1, Delon remarcó que le duele mucho la muerte de Belmondo. “No podemos hablar del uno sin el otro”, manifestó.
Acerca del trabajo que hizo su amigo en la pantalla, el protagonista de El gatopardo dijo: “Son 60 años en los que tocó al mundo y sensibilizó a la multitud con una fuerza cómica excepcional y un físico insustituible”.
A lo largo de la historia del cine se dijo que Delon y Belmondo eran rivales, algo que no fue tan así. El único momento de disputa que tuvieron fue en el momento de rodar Borsalino, una de las películas más exitosas que hicieron juntos.
Como Delon era el productor del film en el que ambos encarnaban a dos mafiosos, se ubicó primero en el cartel lo que no estaba estipulado en el contrato. Eso generó que Belmondo presentara una demanda, que finalmente ganó. “Eran disputas de enamorados”, comentó, tiempo después.
En su autobiografía, Belmondo habla de la intensa relación que mantenía con Delon. “Entre nosotros, empezó una amistad que nunca menguó”, comentó, a pesar de todas las versiones sobre las peleas entre ellos que siempre estaban en el ambiente.
“No hubo ningún tipo de enemistad entre nosotros. Tuvimos dos caminos paralelos y complementarios, lo cual fue muy benéfico: sin esta emulación, sin duda nuestras carreras no hubieran sido tan exitosas”, comentó Delon, en la presentación del film Los profesionales, en 1999, que los volvió a unir para la pantalla grande.
Quién era Jean-Paul Belmondo
Dueño de un carisma sin igual, el actor, realizador y artista fue una de las figuras más taquilleras de la historia del cine de Francia. Su nombre fue una marca registrada, sobre todo entre fines de los ‘70 y casi toda la década del ‘80.
Con su rostro bronceado y presencia ganadora, Belmondo trascendió a partir de algunas producciones de la llamada Nouvelle Vague antes de hacerse mundialmente famoso por sus papeles en comedias y films de acción.
“Estoy orgulloso de ser una estrella popular, no rechazo a la aprobación del público”, comentó, cuando parte de la crítica especializada lo cuestionaba por elegir roles que no buscaban más que el entretenimiento.
Durante buena parte de sus años más exitosos, 48 de sus películas superaron el millón de entradas. Su gran fracaso fue El solitario, en 1987. “Ya estaba harto y el público también”, dijo, cuando recordó el paso en falso de otro film en el que encarnaba un personaje dentro del género policial.
Tras tantear de a poco al cine a partir de ese año, Belmondo volvió al teatro, su gran pasión de joven antes de ser una figura en la pantalla grande. En 2001, se retiró de toda actuación por algunas cuestiones de salud. Solo volvió para un papel en Un homme et son chien, de 2008, la historia de un anciano rechazado por la sociedad.
