Desde hace un tiempo, Cecilia Bolocco mantiene un contacto fluido con sus seguidores a través de las redes sociales. Mediante los vivos de Instagram, habla de recetas de cocina, muestra los productos que vende y hasta les responde consultas. En muchas ocasiones, la acompaña su hijo Máximo Menem. En una de las últimas transmisiones sin embargo, protagonizó un blooper al leer en voz alta un mensaje.
La presentadora chilena mantenía una charla con sus miles de seguidores cuando en un momento dado, en plena interacción, comenzó a leer los mensajes que le enviaban: “Saludos desde Lomas Turbas”, expresó. Desconcertada, y creyendo que se trataba de alguna ciudad, agregó: “Yo no sé dónde queda Lomas Turbas”.
Al escucharla, su hijo Máximo -que se encontraba a unos metros de ella- largó una carcajada y gritó “Ay mamá”, algo que la hizo darse vuelta a ver qué pasaba. Al verla, el adolescente le explicó que en realidad lo que le quisieron decir era “Lo masturbas”, es decir, que la exmodelo fue víctima de una broma por parte de un seguidor.
Al darse cuenta, Bolocco primero se tapó la boca con las dos manos y luego, entre risas, exclamó: “Ay, pero qué estúpida que soy... ¿Y quién sabe cuántas veces me habrán puesto otras cosas que yo no entiendo?”.
Ahí mismo, Máximo acotó: “¡Qué inocente! no te diste cuenta”. Luego, queriendo salir del incómodo momento, la exmodelo continuó leyendo otros comentarios y cambió abruptamente de tema. Pero, su hijo seguía riéndose de fondo.
El joven no fue el único que notó lo ocurrido y alertó a su madre, ya que muchos de sus seguidores comenzaron a escribirle sobre el episodio. Retomando el asunto, la ex Miss Universo se preguntó: “¿Quién me lo habrá mandado? porque encima me lo escribió en letras grandes para que lo vea”.
Cecilia Bolocco recordó el duro momento que atravesó con la enfermedad de su hijo
En una entrevista en mayo, la exmodelo recordó cómo fue el momento en el que le dijeron que Máximo Menem tenía un tumor cerebral. En diálogo con el programa De tú a tú (Canal 13 Chile) explicó que todo comenzó con una serie de dolores de cabeza del adolescente y que, luego de algunos estudios, le confirmaron el diagnóstico.
“Llegó el día de la operación y esas fueron las ocho horas más largas de mi vida. Solo recuerdo que recé ocho horas de rodilla y pedí que lo acompañaran, lo cuidaran y que todo se hiciera con una mano divina”, reveló. Al mismo tiempo, detalló: “Lo más probable era que tuviera graves secuelas: problemas auditivos, motrices, que perdiera parte de la visión, trastornos hepáticos, cardíacos o renales”. A pesar de todos los pronósticos negativos, hoy el joven goza de buena salud.