Los Windsor entraron en otra etapa de la historia. La muerte de Felipe de Edimburgo dejó sin el sostén que tuvo durante toda su vida a Isabel II. La mala noticia, además, llegó en las vísperas de un nuevo cumpleaños de la monarca. Este miércoles, la reina británica cumple 95 años y por primera vez estará sin su “roca”, una de las metáforas que usaba para referirse a su marido.
El cumpleaños de Isabel II no se va a celebrar como de costumbre. La primera razón tiene que ver con la pandemia de coronavirus, que redujo a casi cero la actividad social de la Corona. Pero el motivo más importante es el duelo que está pasando la Reina. De acuerdo a la revista People, ni siquiera habría foto oficial, como sucede todos los años.
El funeral de Felipe de Edimburgo reunió a toda la familia real británica. Las miradas estuvieron puestas en el príncipe Harry, que viajó al Reino Unido solo. Hay mucho malestar entre los integrantes de los Windsor tras la entrevista en la que el duque de Sussex y su esposa Meghan Markle acusaron de racismo a alguien de la Corona, a quien no nombraron.
Teniendo en cuenta esto, y frente a la gravedad de la noticia de la muerte de Felipe, el príncipe Carlos tomó el liderazgo y forzó una charla de al menos dos horas entre sus hijos. Harry decidió quedarse unos días más para poder estar cerca de su abuela, tanto en los primeros días del duelo por la pérdida de Felipe, como por la fecha del cumpleaños que se avecina.
Es la primera vez en 73 años que Isabel II estará sin Felipe. Rodeada de su personal leal y sus tres perros, la Reina pasa el tiempo en el Castillo de Windsor y, según People, algunos de sus hijos y nietos la van a ver, aunque sin un organigrama establecido, hasta el momento. Una de las visitas más importantes sería la de Harry, que estiró el regreso a su nuevo hogar en los Estados Unidos, aunque ninguna voz oficial lo pudo confirmar.
Sí se supo, a través del medio británico The Mirror, que la monarca va a recibir a su hija, la princesa Ana y su nuera, Sophie Wessex; al príncipe Andrés junto a su hija, la princesa Eugenia, que recientemente fue mamá de August, uno de los bisnietos de Isabel II; y a Camilla, la duquesa de Cornualles.
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Isabel II estuvo casada 73 años con el duque de Edimburgo, al que siempre calificó como su “roca”. Felipe no solo era el príncipe consorte, sino que era el que intervenía de manera directa en las diferentes crisis que tuvo su familia y acompañaba en las decisiones importantes que debía tomar su esposa. Su ausencia no será una más para la Reina.
