Tras alejarse de la televisión y las tablas, Violeta Lo Re formó pareja con Víctor Santorini, con quien tuvo dos hijos. Lograron construir una familia ensamblada donde reinaba la felicidad hasta que un episodio de violencia que sufrieron en los últimos días los puso en alerta. La morocha denunció que fueron amenazados de muerte y tienen mucho miedo.
El calvario comenzó cuando Carlos Cenobio, el padrastro de su marido, manifestó la intención de desalojarlos del predio que le alquilaron por diez años para usar como corralón para la venta de materiales de construcción. Según contó en Intrusos, se comunicó con ellos de "una forma mafiosa".
"Hace un año y medio que estamos con este negocio. Nos quiere echar. Fuimos amenazados con un arma de fuego. Nos han robado mercadería y tenemos mucho miedo. Ese señor se acercó a mi esposo y le dijo que lo iba a matar. Nosotros estamos creciendo de a poquito porque la marca es nueva en la zona. Este hombre crió a mi marido durante 26 años. Dios nos iluminó para que en su momento hiciéramos un contrato a pesar de ser familia", expresó angustiada.
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Luego sostuvo que en plena pandemia les cortó el agua y la luz, por lo que tuvieron que llamar a un especialista para que les hiciera el pozo y así garantizarles un trabajo digno a sus empleados. "Puede que sean celos, porque mi esposo creció mucho en el trabajo", agregó.
La ex de Ricardo Fort reconoció que desde que formó una familia decidió alejarse de los escándalos, aunque se mantuvo ligada al periodismo. Tampoco dudó en acompañar a su pareja en el ámbito laboral, ya que él se dedicó toda la vida a tener criadero de gallinas, huevería y ahora un corralón.
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El año pasado, en una nota con Teleshow, además de hablar de su nueva vida desató una polémica al referirse al maltrato animal. Opinó sobre el video de la agrupación española Alma Vegana, donde aseguraron que hay que separar a los gallos y las gallinas para que no sean violadas, y reconoció no estar para nada preocupada por el asunto.
"Hay gente que se muere de hambre y vive en la calle. Estamos en un momento de crisis en la Argentina, se decretó la ley de emergencia alimentaria y pensar si la gallina está triste o contenta… te supera. No estamos en el mejor momento para analizar estas cosas. Es muy costoso todo, apenas se logra que una Pyme sobreviva, como para estar pensando en una inversión mayúscula y una modificación porque la gallina está triste, como se hizo en España, que a partir de un decreto establecieron que las granjas tenían trece años para adecuarse a nuevas normas", precisó.