Hay varias guitarras, un piano electrónico, una buena colección de discos de vinilo. Y, por supuesto, fotos, álbumes familiares convertidos en libros, imágenes de la "Negra" por todas partes. Araceli, hija de Fabián Matus, único hijo de Mercedes Sosa, también hace música. Ha participado, siempre desde su bajo perfil, en los homenajes que se realizan cada año para celebrar a su abuela. Esta vez, por la pandemia, no pudo ser. Pero sí hay varias noticias para contar que tienen que ver con la vigencia y el legado de la gran intérprete argentina.
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Una serie de ficción, pensada para el año que viene, y un documental, ambos con la bendición y participación de su familia. También, la declaración del 31 de enero como Día de la Cantora nacional, fecha elegida en honor a la de 1965, cuando la "Negra" subió a cantar al escenario del Festival de Cosquín. Así, vuelven a encontrarse los caminos entre Carlos Gardel, que murió quince días antes de que ella naciera en Tucumán, una pérdida de la que acaban de cumplirse, el 24 de junio pasado, también ochenta y cinco años.
De su admiración por Gardel y su amor por el tango hablamos también con Araceli. En recuerdo de ese repertorio ampliado a su regreso del exilio, cuando en Teatro Opera cantó Los Mareados, con Rodolfo Mederos en bandoneón. Y abrazó la música popular latinoamericana y, por supuesto, las composiciones del rock argentino. Su último disco de estudio, Cantora, con ese sinfín de autores y músicos invitados, de todos los géneros y geografías, da cuenta de esa búsqueda que hoy Araceli reconfirma. "¿Cómo estaría viviendo este cumpleaños 85?", le preguntamos. "Armando quilombo, escuchando cosas nuevas, buscando nuevas voces, nuevos intérpretes y sonidos", respondió segura.
