Meadow Rain Walker, de 21 años, se hizo tristemente famosa hace seis años y medio, cuando en un accidente murió su padre. El actor Paul Walker, protagonista de media docena de películas de la saga Rápido y Furioso, chocó en California cuando viajaba como acompañante en un Porsche. Un amigo, que también murió, conducía el vehículo: perdió el control e impactó contra un árbol, por lo que el coche terminó en llamas.
Walker tenía 40 años y dejó huérfana a la nena, fruto de una breve relación con Rebecca McBrain. Aunque la pequeña había pasado los primeros años de su vida con su madre, en 2011 se había mudado a California para hacerlo con su padre que tenía la custodia total. El actor era un padre entregado a su hija, que firmaba sus contratos y planificaba su agenda alrededor de la vida de ella. Por ejemplo, siempre exigía no rodar en verano, cuando Meadow tenía vacaciones.
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Cuando Walker murió, en lo que puede resultar un gesto inesperado en un mundo que a menudo parece tan superficial como el del cine, fue el actor Vin Diesel quien pasó a ser su tutor, su padrino. La pequeña creció rodeada del coprotagonista de la saga de películas y de su familia. Ahora, cuando ya es mayor de edad y una mujer independiente, Meadow no duda en agradecer públicamente el cariño que la familia de Vin Diesel le dio.
El reconocimiento vino en forma de fotografía. En su perfil de Instagram, con más de 2,3 millones de seguidores, Meadow Walker suele compartir selfies, imágenes inspiradoras de películas, iniciativas solidarias o, a menudo, bonitos retratos con su padre de su etapa infantil. Pero el lunes la joven subió una foto en la que aparecía junto a tres chicos en la que se leía: “Family, forever” (familia, para siempre). Los tres, casi hermanos para Meadow, son los hijos del actor con la modelo mexicana Paloma Jiménez: Hania, la mayor, de 12 años; Vincent, el único chico, de 10; y Pauline, la más joven, de cinco años y cuyo nombre recibió en honor a Walker. Los cuatro parecen estar pasando un día al aire libre, con ropa informal y muy sonrientes.
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La relación de la joven con la familia es muy cercana. De hecho, sus padres eran casi como hermanos, como ellos mismos llegaron a decir. Aunque Vin Diesel quiere mantener su vida privada en el ámbito de la intimidad, sin apenas conceder entrevistas al respecto, sí mostró siempre en forma pública el cariño que le tiene a Meadow. En noviembre, cuando la chica cumplió 21 años, publicó una foto en sus redes en la que ella aparecía con Pauline, acompañada de un bonito mensaje: “Podría decir que me siento enormemente orgulloso de la persona en la que te estás convirtiendo... pero la verdad es que siempre estuve orgulloso de vos”. Aunque Meadow estaba en Japón esos días, él le recordaba: “La familia tiene una tarta esperándote para cuando vuelvas a casa, así que apurate. Te quiero, pequeña. El tío Vin”. Ella respondía agradecida y con un: “No puedo esperar a verlos, a vos y a mis angelitos”.
Meadow quiso continuar el legado de su padre con una fundación que lleva su nombre, la Paul Walker Foundation. Como afirma en su perfil, su objetivo es uno: hacer el bien. Así, aunque está muy centrada en el cuidado animal y sobre todo en la protección de los océanos —que, a lo largo de su vida, fueron una de las grandes pasiones del actor—, en los últimos tiempos también se comprometió con los trabajadores de la salud o con bancos de alimentos para ayudar a paliar los estragos causados por la pandemia del coronavirus. Es Meadow la que gestiona la fundación y los alrededor de 25 millones de dólares que le dejó su padre al morir.
