Después de casi tres meses con coronavirus, Danna García dio negativo en el hisopado y pudo regresar a Miami con su esposo e hijo. No fueron semanas fáciles para ella, que además de temer por su salud se puso triste porque sus vecinos le hacían la vida imposible. La aislaron en el décimo piso de un departamento y no la dejaban usar el ascensor, y tampoco recibir la visita del repartidor de alimentos.
Los días pasaron y tras volver a su hogar contó las secuelas que le dejó el COVID-19, que contrajo por estar en contacto con su suegra, que no sabía que se encontraba infectada.
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Según informó People en español, la actriz colombiana que se puso en la piel de Norma Elizondo en Pasión de gavilanes todavía sigue viviendo un calvario.
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“Los efectos secundarios que he tenido han sido devastadores para mí, en el sentido de que muchas cosas han pasado a nivel salud y a nivel físico que estoy tratando de sobrellevar. Caída de pelo, retención de líquidos... ¿Umbral del dolor? Sientes cualquier cosa tres veces más, te duele hasta un simple roce, lo sientes. Obviamente, después de estar tanto tiempo sentado o sin moverte, hay una subida de peso que tienes que manejar con el tiempo", expresó.
Por último, Danna -que fue internada de urgencia en Madrid porque le costaba respirar- señaló que de vez en cuando siente que le falta un poco el aire.
