Defending Jacob
Los Barber son felices. En su barrio acomodado, su casa amplia, sus trabajos estables, un matrimonio "de pro", como se decía antes, padres de Jacob, un adolescente inteligente y algo tristón. Cuando un compañero de colegio aparece asesinado de varias puñaladas, y una huella dactilar hace de Jacob el acusado del crimen. La armonía de los Barber se desmorona como un castillo de naipes.
Basada en una novela best seller de William Landlay (En defensa de Jacob, en español), tiene un guion de Mark Bomback (El planeta de los simios) que reparte los vuelcos de la trama y la nueva información a lo largo de sus ocho episodios.Sin grandes novedades ni sorpresas para ofrecer, tiene algunos puntos fuertes que la hacen recomendable.
El más obvio, la presencia de Chris Evans, en su protagónico para una serie (es también productor) después del Capitán América de Avengers. Luego, una dirección elegante, un tono sobrio, una fotografía en grises y azules que la elevan al punto de distraer la atención sobre su falta de originalidad. Una medianía, si se la compara con los policiales nórdicos, melancólicos y crudos, o con la reciente El Visitante, basada en Stephen King, que cruzaba el policial negro con el fantástico. Y aún así, con herramientas suficientes como para que las críticas duras que ha recibido parezcan un poco injustas y exageradas.
En Defending Jacob, los giros en la trama instalan las ambigüedades en la relación de confianza de los padres con su hijo, que está en la edad del secreto. Y el tagline acerca de cuánto conocemos a nuestros vástagos hace eco con una frase que le repiten a Jacob los protagonistas, como si se la dijeran a ellos mismos: haría cualquier cosa por vos.
The trip to Greece
Cuarentena larga y encierro: momento ideal para que una comedia liviana y un poco pavota parezca lo mejor de mundo. Y dos amigos haciendo la ruta gastronómica del Ulises por una Grecia fabulosa sea justo lo que estabas necesitando. En realidad, se trata del último capítulo de una serie de la BBC dirigida por Michael Winterbottom y basada en viajes gourmet. Con los dos protagonistas, Steve Coogan y Bob Brydon haciendo de algo así como sí mismos mientras visitan los mejores restaurantes de Italia, España y, ahora, Grecia.
Dos tipos maduros, refinados, con sentido del humor, que pueden pasarse el almuerzo entero imitando a Dustin Hoffman en una escena de Midnight Cowboy o cantando Grease, porque les suena como Greece, mientras siguen las curvas de la montaña, sobre el mar turquesa, en un lujoso auto híbrido alquilado. De aquí para allá, con una asistente que les organiza ferrys, hoteles y reservas en los restós más exclusivos.
Aunque la realidad, de la vida de cada uno, insista en colarse en el viaje. Y con la cámara que alterna sus conversaciones sobre la antigua civilización griega -ver y aprender- con tomas de los fuegos en la cocina, donde se preparan las maravillas que los viajeros acompañarán con un buen blanco frío, a la sombra reparadora y frente al Mediterráneo. Tentador, ¿no?