Tiempo de caza
Si quedaste manija con el cine coreano a partir de Parasite y tenés algo más de dos horas, vas a pasarlo bien con este thriller de los que ponen a prueba los nervios.
El director Sung-hyun Yoon tiene muchas y buenas ideas para contar y mostrar, lo que resulta en un primer tramo muy impactante en lo visual, atrapante en lo narrativo. En una especie de futuro distópico, una ciudad que fue próspera (llena de industrias, autopistas, rascacielos y fábricas) está en la ruina. Es el marco para esta historia de tres amigos, chicos casi adolescentes, que se reúnen cuando uno de ellos sale de la cárcel donde ha pasado tres años.
Son chicos solos, porque lo que acabó con el país se llevó también a sus familias, excepto la de uno de ellos. En un lugar sin futuro, hostil y dominado por la corrupción, el único sueño es escapar, y el protagonista, con la libertad recién recuperada, tiene un plan. Se trata de robar la recaudación de una sala de juego clandestina.
Pero lo que parece acercarse al género de atraco puro y duro deriva en una historia de persecución, a cargo de una especie de Terminator llamado Han, contratado para encontrarlos. El cazador al que alude el título, que hasta es capaz de otorgarles ventaja en la huida, como quien juega al juego del gato y el ratón con estos chicos aterrorizados.
Tiempo de caza se alarga demasiado (dura 2h14 minutos) y hace unas concesiones muy discutibles en el final. Pero guarda, en su segunda parte, un despliegue de violencia y suspenso de los que te tienen hablándole a los gritos a la pantalla e impiden el aburrimiento. Con el buen manejo de Yoon para los climas, y una puesta en escena que nunca deja de aprovechar los chatarrescos rincones de esa ciudad fantasma. Y con la preocupación por el destino de estos personajes, un poco tarambanas, que se metieron en un infierno cuando intentaban escapar de él.
Historia de la ciencia ficción
Los relatos distópicos y la ciencia ficción de toda la vida fueron buenas compañías en esta cuarentena. Con el rescate de novelas clásicas sobre pandemias, pestes y complots globales, pero también con los libros de Asimov, de Bradbury o de Phillip Dick. En su contraparte audiovisual, una serie como Tales from the Loop hizo juego con la idea. La de meterse en un universo muy parecido a este que ha sufrido, o está intervenido, por asuntos que son de otro. La que no es nueva, pero sí muy recomendable para estos días de encierro, y en esta tendencia, es la serie documental Historia de la Ciencia Ficción, presentada nada menos que por James Cameron.
Mientras se espera su continuación de Avatar, Cameron se dedicó a sentarse a charlar con grandes directores, intérpretes y productores amigos sobre tópicos del género. Pasan por los seis episodios los extraterrestres, los monstruos, los viajes en el tiempo, el espacio, en diálogo con George Lucas, su amigo Arnold Schwarzenegger, Ridley Scott, Steven Spielberg o Guillermo del Toro.
Las raíces del sci fi, sus orígenes, las distintas miradas al futuro que se desplegaron en sus primeros hitos literarios y cinematográficos, revisados por gente que no sólo sabe del tema, sino que -y más importante- los apasiona.
Cantera, ciclo de cortos argentinos
El CCK está cumpliendo cinco años (¡ya!), y entre sus múltiples propuestas virtuales, que van desde las artes visuales al pensamiento (sobre la cuarentena), presenta este ciclo de cortos. Son cuatro películas que abordan temas como el trabajo, la alienación, el desempleo, y que pueden verse por el canal de YouTube del CCK.
Del fuego de los hornos (2019), de Hernán Paganini y Nueva casa - 新家 (2019), de Rocío Puente de DiegoLas Higías (2018), de Nicolás Pintos y PIXIED (2017), de Agostina Ravazzola y Gabriela Sorroza. Fíjense en la web del centro cultural, porque cada corto tiene sus fechas de estreno y estará disponible durante una semana. Además, como para cerrar la idea de inauguración pública de esos trabajos, habrá encuentros en el Facebook del centro con los directores, para que puedan conversar con la gente.