Si el tradicional día de Acción de Gracias es una fecha marcada en rojo en el calendario de millones de estadounidenses, para Anna Faris la celebración de este año fue doblemente especial porque consiguió salir viva de casualidad: ella, sus amigos y familiares sufrieron las consecuencias de un escape de monóxido de carbono.
En un mensaje de agradecimiento a través de su cuenta de Twitter, la actriz explicó lo que pasó. "No sé bien cómo expresar mi gratitud hacia el departamento de bomberos del norte del lago Tahoe. Nos salvaron del monóxido de carbono. Es una historia estúpidamente dramática pero me siento muy afortunada", contó a su medio millón de seguidores.
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Faris, de 43 años, es una conocida cómica, exmujer del también actor Chris Pratt. La protagonista de Scary Movie decidió pasar la popular fiesta con sus allegados en una casa que alquilaron en el conocido lago californiano, donde se alojaron 13 personas, según la revista People.
Al parecer, varios de los invitados se empezaron a sentir mal, algo que sospecharon podía ser por la altitud de la zona, como explicó el departamento de bomberos del lago en un comunicado. Entonces decidieron trasladar a dos de los presentes que peor se encontraban al hospital.
Fue en ese momento en el que se dieron cuenta qué pasaba: no era la altura, sino el monóxido de carbono. Entonces llamaron a los 11 restantes para asegurarse de cómo estaban. Entre ellos no estaba Jack, el hijo que Faris tiene en común con Pratt, que estaba pasando las vacaciones con su padre y con la nueva esposa de este, Katherine Schwarzenegger.
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Cuando los bomberos aparecieron en el lugar para comprobar si la cantidad de gas era la correcta descubrieron que había seis veces más de la recomendada, pese a que ya habían abierto las ventanas y las puertas para ventilar. Como todos tenían síntomas, se los trató en el lugar y dos más fueron evacuados hasta el hospital. No se identificó el origen del gas, pero la casa no tenía alarmas específicas instaladas.
El monóxido de carbono es un gas letal y que no se aprecia, al no tener olor ni color. Quien lo inhala va sintiendo sueño y cansancio, incluso una sensación de ebriedad. Se produce por la mala combustión de chimeneas, estufas y calderas al quemar materiales como butano, propano, gasolina, carbón, petróleo o madera. De ahí que sea fundamental comprobar que esos aparatos funcionan correctamente y que el lugar en el que se instalan está bien ventilado.