Edificios pegados uno detrás de otro. Contaminación. Marginalidad. Fábricas que trabajan con sus calderas a máxima potencia y que escupen fuego de sus chimeneas. Autos voladores. Lluvia permanente. Pantallas de televisión gigantescas. Tormentas eléctricas imparables. Pirámides enormes que sirven como sedes de corporaciones que se ubican en el centro de la ciudad para controlar todo como si fueran totems. Androides que tienen conciencia de clase. Así es el futuro de la ciudad de Los Ángeles que imaginó el director Ridley Scott para su película Blade Runner, de 1982, que empieza justo un día como hoy: el 1 de noviembre de 2019.
En las redes sociales, los fanáticos de la ciencia ficción enloquecieron con el film futurista ícono de los '80 y que contagió a otras producciones similares. "Bienvenidos al futuro", "Blade Runner predijo el cambio climático", "El futuro es hoy", son solo algunos de los tuits que estuvieron acompañados de la primera placa que se ve durante la película y que muestra la fecha de noviembre de 2019.
¿De qué se trata Blade Runner? El mundo del film dirigido por Scott plantea un universo en el que la tecnología acaparó la vida de la gente. Una corporación tiene el monopolio de la creación de replicantes, que son androides que parecen humanos. Acá es donde aparece el personaje principal. Harrison Ford interpreta a un "Blade Runner" llamado Rick Deckard, un sicario que asesina a estos robots con inteligencia artificial que empiezan a tener conciencia de sí mismos.
La misión de Deckard a lo largo de la película es encontrar y sacar de circulación a cuatro replicantes que se escaparon de la colonia donde estaban recluidos. En el camino, el personaje descubrirá lo que está detrás del entramado de la corporación que también lo controla a él.
Blade Runner marcó un camino para la producción de cine de ciencia ficción, con una estética noir usada en ese género pero que siempre fue pensada para otro tipo de films. Su particular fue imitado en otras historias e inspiró a diferentes realizadores de todo el mundo.
La atmósfera asfixiante y contaminada de ese mundo casi apocalíptico también está en Matrix, de 1999, de las hermanas Wachowski; en El vengador del futuro, de Paul Verhoeven de 1990 y en 12 Monos, de 1996, de Terry Gilliam, por ejemplo.
La visión que tuvo Scott sobre la tecnología fue profética. En una de las primeras secuencias, se ve como un auto volador planea entre los edificios enormes y pasa por el costado de una pantalla gigantesca, muy parecida a lo que hoy se conoce como Led.
