Le tocó ser la menor de ocho hermanos y nacer el día de la primavera. De hecho, su segundo nombre "simbólico" es Primavera, Celeste Primavera Carballo. Creció entre Villa Devoto, Coronel Pringles y La Paternal. Trabajaba en una compañía de seguros, escribiendo documentos a máquina, mientras estudiaba psicología, pero un día unos amigos la invitaron a tocar durante el verano en Villa Gesell y fue. De ahí más, su vida sería otra: renunció a su principal fuente de ingresos, dejó la facultad y se entregó a la música.
En los primeros tiempos, su lugar fue el under, pero luego vino la explosión de popularidad. Su disco debut, Me vuelvo cada día más loca, fue un fenómeno absoluto por un puñado de canciones llenas de la más pura energía del rock pero, también por esa rareza que aún representaba que quien rockeara fuera una mujer.
Como es una laburante de la música y de la vida, batalló y, con los años, su lucha dio frutos y el presente musical se quitó buena parte del viejo polvo machista de otros tiempos. Ahora, se prepara para su show del 19 de septiembre en el ND Teatro, en el que celebrará anticipadamente su cumpleaños y la vuelta de Chocolate inglés, uno de sus discos más emblemáticos. Suban el volumen, desayunamos con Celeste Carballo.
