Nació en 2004, durante el rodaje de una película que terminaría siendo premonitoria: Sr. y Sra. Smith fue aquel thriller de acción, con toques de comedia, que los mostraba como un matrimonio de espías enfrentados a muerte. Brad Pitt y Angelina Jolie se enamoraron (él dejó a Jennifer Aniston) dándole inicio a la llamada "Brangelina", una pareja que duró unos diez años, con una familia a la que sumaron 6 hijos y una fortuna millonaria. Se casaron en agosto de 2014, pero un par de años más tarde decidieron separarse.
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Su trámite de divorcio se complicó tanto que lleva casi tres años y todavía no fue resuelto. La batalla legal entre las dos partes tuvo que ver principalmente por la tenencia de sus hijos, con acusaciones cruzadas de violencia doméstica y reclamos por la pensión de alimentos. Y lo de siempre, la división de bienes, con millones y millones en juego.
Esta semana, un juez trajo cierto alivio al tema aprobando lo que para la justicia se denomina "bifurcación", un recurso que habilita a los demandantes la posibilidad de volver a ser solteros ante la ley. Sus abogados ya lo habían pedido en agosto del año pasado, pero en esa ocasión les fue negado.
Según un testimonio recogido por People, "el hecho de que tanto Brad como Angelina estén listos para volver a formar pareja es uno de los factores que motivó la decisión del juez", comentó el abogado Steve Mindel, especialista en derecho de familia.
Quince años después de aquellos besos de ficción que les cambiaron la vida, resta saber ahora cómo será el final de Brangelina. Aunque su historia promete tener alguna secuela.
