El año pasado celebró su boda, unión que selló su ingreso a la familia real y, en cuestión de días, se transformará en madre. Meghan Markle está feliz, ansiosa de recibir a su hijo (o hija, todavía no lo sabemos), pero sin dejar de preocuparse por los quehaceres cotidianos.
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Si bien decidió retirarse de la actividad que le exige la agenda oficial, Meghan está pendiente del nuevo hogar donde se mudó junto a su marido, el príncipe Harry. La pareja dejó su casa en el Palacio de Kensington para instalarse en Frogmore Cottage, una mansión ubicada en los jardines aledaños al castillo de Windsor.
Frogmore Cottage es una construcción que data del año 1801 y que no es utilizada desde hace más de 40 años, por lo que se le están realizando refacciones calculadas en 3,5 millones de dólares. Según cuenta el diario The Sun, Meghan se contactó con una famosísima diseñadora para recibir consejos respecto a su decoración.
Se trata nada más y nada menos que de Victoria Beckham, una de las celebridades más respetadas a la hora de instalar estilos y modas. El año pasado, la excantante, devenida en exitosa empresaria, estuvo presente junto a David Beckham en la boda real de Harry y Meghan. Y en distintas oportunidades la exactriz posó con vestidos y diseños de Victoria. La amistad y el diálogo entre ellos es constante, por eso no llama la atención que intercambien consejos.
Se dice que los duques de Sussex quieren que la casa tenga una decoración muy hogareña, y que por eso Meghan hizo traer objetos de su departamento en Nueva York para sentirse más en casa. Allí también desea recibir a su hijo, con un parto domiciliario. Es por eso que ya hay una partera viviendo junto a ellos, atenta a cualquier señal que dé la embarazada. Al igual que Doria Ragland, la madre de Meghan, quien es profesora de yoga, y estará presente cuando nazca el royal baby. ¡Cuánta expectativa!
