Desde que trascendieron algunas diferentes entre Kate Middleton y Meghan Markle, la prensa británica siguió de cerca el distanciamiento progresivo de ambas. La familia real intentó disipar los rumores de una pelea -y del posible distanciamiento de los príncipes William y Harry en medio de la disputa- pero no pudieron. Según los informaron los medios, la "guerra fría" llegó a tal nivel que la duquesa de Cambridge no invitó a su cumpleaños a la exprotagonista de Suits.
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Middleton festejó la semana pasada su cumpleaños número 37, en un almuerzo en la casa de campo de Norfolk. Al evento, solo asistieron los amigos y familiares más cercanos. Pero Meghan y el príncipe Harry no estuvieron en la lista de invitados.
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Consultados por los medios británicos, los expertos en la familia real explicaron que la duquesa de Cambridge tiene pocas amigas mujeres. Pero que sí tiene "aliadas", que son muy fieles a ella y que fueron a la fiesta.
Una de ellas es Emilia Jardine-Paterson, madrina del príncipe George y antigua compañera de Kate en el equipo de hockey de la universidad. Al igual que Laura Meade, madrina de la princesa Charlotte y vecina de la pareja real en Norfolk.
Pero a todos les sorprendió que no trascendieran imágenes del príncipe Harry y la duquesa de Sussex en el festejo. Y condimentó los rumores de las rispideces entre las cuñadas.
Muchos argumentaron que la pelea entre ambas empezó durante los preparativos de la boda de la actriz estadounidense y el hermano del príncipe William. Según trascendió, la exprotagonista de Suits habría tenido una discusión con la duquesa de Cambridge por el vestido de Charlotte, al punto que su cuñada se habría largado a llorar.
Ahora, los especialistas en la familia real consideraron que la principal razón por la que se habrían peleado, también afectó los vínculos entre Meghan y el resto del personal: "el choque cultural".
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Los asesores de Buckingham consideraron que si bien la actriz estadounidense es una mujer franca y directa sobre su visión de la vida, la realeza no estaría acostumbrada a hacer las cosas como lo haría alguien con este tipo de mentalidad americana.
"El trabajo más difícil en la familia es trabajar con las ambiciones de Meghan y hacerlas realidad", agregó una fuente cercana a la Corona. "Se sentiría frustrada si le dicen que no puede hacer algo o no decir lo otro", agregó.
