Neil Simon, considerado uno de los reyes de Broadway, murió este domingo a los 91 años por una neumonía. El guionista recibió más nominaciones a los Oscar y a los Tony que ningún otro de sus colegas en el mundo de la escena. Además, en 1983 se convirtió en el único dramaturgo que tuvo en vida un teatro en Nueva York bautizado con su nombre.
Por su obra Perdidos en Yonkers, publicada en 1991, ganó el premio Pulitzer y tiene el récord de la mayor cantidad de obras adaptadas a cualquier formato, además de ser el autor más representado después de William Shakespeare.
Otras de sus emblemáticas creaciones fueron La extraña pareja, La chica del adiós, Los reyes de la risa y El último de los amantes ardientes, entre otros éxitos.
Historia de vida
Simon nació en el Bronx, Nueva York, en el seno de una familia judía muy pobre. En sus memorias contó que buscaba refugio en la comedia, en especial en el trabajo de Charlie Chaplin. El humor lo ayudaba a escaparse de su dura realidad.
Considerado como el rey de los guionistas de comedia, inició su carrera artística en los años 50 junto con su hermano mayor, Danny. Sus primeros pasos consistieron en escribir guiones para programas de radio y televisión para figuras como Phil Silvers y Sid Caesar. En 1961, llegó finalmente a los escenarios de Broadway, en donde debutó como dramaturgo de la obra Come Blow Your Horn, en 1961.
En general, sus libretos se terminaban transformando en guiones de películas: así ocurrió con Si mi alcoba hablase (1964), llevada a la pantalla grande con Frank Sinatra como figura principal; y también con Descalzos en el parque (1967) que, tras varias temporadas en el teatro, batió récords de taquilla con Jane Fonda y Robert Redford como protagonistas.
Reconocido por su disciplina, él siempre decía que necesitaba escribir. Y así lo hizo.