Esmeralda Mitre es la tapa de la revista Gente de esta semana. En una extensa entrevista tocó muchos temas, como por ejemplo, la familia, el amor y la actualidad, y no dudó en criticar la relación con sus hermanos, recordó su separación de Darío Lopérfido y dio su visión con respecto al debate por el aborto legal. "Estoy a favor de la iniciativa pero no de esta cosa feminista un poco agresiva", resaltó.
La actriz opinó sobre la legalización del aborto y dijo que le parece "bien que la mujer se pare en ella misma y que haya una lucha por la igualdad, pero tampoco me parece bien que haya que desconsiderar al hombre". En ese sentido, subrayó que "en la Ley del Aborto ni siquiera se lo tiene considerado".
Luego agregó: "Creo que tienen derechos los dos. Es un hijo que los dos dejaron que se cree. Ojo, estoy a favor del aborto, pero no de esta cosa feminista un poco agresiva… ¿Por qué aborto legal ya? Déjenme pensar".
En esa misma línea, argumentó que "(la iniciativa) debe ser tratada como dice la ley, y no como algo feminista. Pero estoy a favor, porque no tengo posición moral ni nada, y sé que en muchísimos casos hay que hacerlo".
Las tensiones con sus hermanos
Quizás uno de los momentos de la charla más impactantes es aquel en el que se refiere a la relación que mantiene con sus hermanos mayores. Según contó, el vínculo no fue bueno desde el principio porque siempre se sintió rechazada por ellos. En ese sentido, aseguró que ella no hizo lo mismo con Santos, su hermanito menor.
"Siempre las verdades en mi familia vinieron de mí. Traiciones de las que me he enterado y nos han traído mucho dolor, cosas de poder, de pérdida, de envidias. Creo que con mi nacimiento generé mucha envidia", reveló.
Y explicó su situación familiar: "Mis hermanos me llevan 12 años, mínimo, y nació esa bebita rubia y de ojos celestes, de un segundo matrimonio, y vino a 'destruirles la vida'". Entonces aclaró: "Yo no cometí el mismo error con mi hermano más chiquito, Santos, hijo de Nequi Galotti. Sufrí tanto ese desamor de mis hermanos que no me querían ni ver que dije 'Bueno, me tendrán que ver en todas las tapas de las revistas'".
Sus palabras para sus hermanos dejaron ver que las cosas no mejoraron con los años: "Igual los quiero mucho. A veces, desear el mal se te vuelve en contra. Para algo también soy conocida, para poder decir algo que cambie las cosas, que modifique, como el arte. Y yo me considero una artista, aunque no me guste decirlo, y es entregarse al dolor y al arte".
El vestido de novia
Esmeralda se refirió también a su pasado con Darío Lopérfido, de quien se separó. Ahora, en la obra en la que actúa en el teatro San Martín, La reunificación de las dos Coreas, la actriz vuelve a usar su traje de novia.
"Dentro de ese vestido siempre siento algo muy fuerte, porque el día que me casé fue el más feliz de mi vida. Suena a cliché, pero no soy nada romántica. Y el hecho de que me haya casado no fue por un mandato, sino que fue una celebración de que algo había funcionado, porque hacía siete años que vivíamos juntos. Darío me salvó la vida y yo se la salvé a él", comentó.
Luego amplió ese concepto: "En el sentido de que todo lo que yo era o estaba intentando ser, mi libertad, mi arte, la liberación de los mandatos, lo provocó Darío. Me hizo creer que la familia no era un mandato, ni el amor lo es, porque es una construcción".
Por último, se refirió al abuso sexual que sufrió por parte de Ariel Cohen Sabban, el expresidente de la DAIA. "Ninguna famosa se solidarizó públicamente. Sólo Vicky Donda y Ursula Vargues, que no son actrices. No me sentí acompañada, pero sí fuerte, porque yo no las molesto. Quizás piensan que tengo todo… ¿Qué significa eso? No es tener dinero y ser rubia. Ser todo es crecer, ser humano, dignificar el trabajo, ser independiente y buena persona", concluyó.