Es una figura referente del musical porteño pero antes fue una figura de popularidad mayúscula gracias a su estilo descontracturado para hacer humor. Ocurre que Laura Oliva se hizo muy famosa en tiempos en los que la televisión se sacaba el polvo de otros tiempos y se renovaba de la mano de artistas jóvenes tan irreverentes como carismáticos y talentosos.
Laura se hizo notar junto a Nicolás Repetto, también con Jorge Guinzburg y Elizabeth Vernaci pero, sin dudas, la frutilla del postre fue "Grandiosas" junto a Fanny Mandelbaum y Karina Mazzocco. Por el formato, por los temas y, especialmente, por la química entre las conductoras (como para derribar el prejuicio que sostiene que las mujeres no pueden trabajar en armonía).
Pero más allá de la tele (de la que se confiesa espectadora fiel), Laura es una infaltable en las salas porteñas, con la versatilidad de una grosa. Puede ir de un musical infantil, como "Vivitos y Coleando 2" (el clásico de Hugo Midón que se presenta en el Teatro Picadero) a un musical adulto como "Ni con perros ni con chicos" (en el que junto a Omar Calicchio retratan la vida de Charles Laughton, el célebre actor del Hollywood de oro y su mujer, Elsa Lanchester). Aquí, se ve la protectora relación de esta pareja que le hizo frente a los tabúes y prejuicios en la puesta de Fernando Albinarrate en el Espacio Callejón.
Aunque parece más asociada al humor, se planta con la misma ductilidad si le toca un drama. Acá un desayuno, condimentado con un toque de Oliva, de Laura Oliva.
