Para los habitué del ballet “La bella durmiente” es un imperdible. Para los están descubriendo el universo de la danza clásica es, probablemente, el punto de partida ideal para zambullirse en ese mundo de tutús, zapatillas de punta, príncipes y princesas, hadas y villanos. Esta noche se estrena en el Teatro Colón “La bella durmiente del bosque”, que integra la trilogía más clásica de la colaboración entre Piotr Y. Tchaikovsky y Marius Petipa, inspirado en el cuento de Charles Perrault. Y será una ocasión especial.
En 1990, el coreógrafo Mario Galizzi (ex director del Ballet del Colón) homenajeó al título en el centenario de su estreno, con una versión llena de esplendor. Ahora La bella regresa con un elenco de lujo que incluye a la argentina Marianela Nuñez (primera bailarina del Royal Ballet de Londres) como la princesa que duerme cien años para despertar por un beso de amor, más Nadia Muzyca, Juan Pablo Ledo, Camila Bocca, Federico Fernández, Maximiliano Iglesias. Serán ocho noches en las que el príncipe saldrá de cacería pero terminará encontrando el amor.
La primera bailarina Nadia Muzyca abre las funciones hoy como Aurora y continuará como Carabosse. “Me fascina el doble desafío. Me gusta mucho bailar pero también actuar. Aquí el personaje tiene un plus, ¡la bruja Carabosse es muy fuerte! Me gusta la confianza de mis directores para darme las dos caras de la moneda: de un lado la inocencia, belleza, y del otro lo intrigante, la fuerza). Esto requiere no sólo una transformación externa con el vestuario, también interior para ir de la calidez a la frialdad”. Su príncipe será Juan Pablo Ledo, que dice que “el Príncipe Desirée tiene el presentimiento de que allí encontrará el amor. Ninguna de las ninfas que cruza despiertan su interés. Con su lenguaje corporal refinado y puro llegará hasta Aurora”.
La noche que abre el ciclo tiene un valor especial por sus protagonistas. Ambos son primeros bailarines que, aunque podrían haber brillado en cualquier compañía internacional, eligieron echar raíces en el Colón, el lugar dónde se formaron y con el que soñaron desde chicos. "Soy muy de mi lugar, por eso cuando a los 20 años recibí ofertas para irme siempre dije que no, a pesar de que cuando me negaba las propuestas mejoraban. Me di cuenta de que si me iba a esa edad me iba a establecer lejos. Yo crecí en Quilmes, dónde vivo y ahora también enseño". En cuanto a Ledo, para él el Colón "es un lugar mágico, que produce una gran satisfacción, valoro mucho bailar allí porque es nuestra casa".
Hoy serán el centro de las miradas pero llegaron siendo niños. Nadia tomaba 2 colectivos para llegar de Quilmes al Colón "mi mamá aún no manejaba pero toda la familia estaba dispuesta para que yo cumpliera mi sueño de bailar. Todo empezó en una escuela de mi barrio con mis primas pero la profesora notó que yo tenía la capacidad de probarme en el Colón. Entré y en mi escuela empecé a ser "la bailarina" por el rodete. Ahora que cumplí el deseo de ser primera bailarina, ni bien me bajó del escenario me suelto el pelo".
Juan Pablo, que desde chico trabajo su cuerpo practicando fútbol, natación y otros deportes en paralelo a la danza, a los 13 tuvo que tomar la decisión de su vida. Podría haberse destacado con la número 5 (era alumno de la escuela de Marangoni) pero prefirió la danza. "Después de un par de años intensivos, a los 15 entré al Instituto y hasta hoy no paré de bailar. No obstante, no abandoné mis otras inquietudes; de hecho, ahora estoy cerca de completar abogacía".
Luego vendrán los otros elencos pero este hombre inquieto y con físico dotado para el movimiento y esta mujer que encandila en escena pero que abajo es una "auténtica mujer orquesta" (es mamá de un varón de 6 años, que arma mochila, lava la ropa y más) darán el puntapié inicial para que la bella despierte de su largo sueño.
Funciones: 29 y 30 de septiembre / 1, 3, 4, 5, 6, 7 de octubre - Teatro Colón: Libertad 621 - Entradas: desde $80
