La edición de Gran Hermano en América estuvo plagada de denuncias de irregularidades, acomodos y privilegios. Día a día, los fans inundaron las redes con quejas por supuestas faltas de la producción.
Pero la denuncia más fuerte tiene que ver con una supuesta manipulación de los votos telefónicos, un hecho que sería gravísimo porque en el medio está el dinero que los televidentes gastan en los mensajes de texto. Más que manipulación, sería fraude.
Ante este panorama, la producción decidió que familiares de Matías y Francisco, los finalistas, actúen como veedores en el recuento final de los votos. El conductor, Jorge Rial, dijo que buscaban darle "transparencia" a la final. "Que no haya ninguna duda", sentenció.
El padre de Matías y la madre de Francisco acompañaron al escribano del reality y desde su improvisada oficina, monitorearon los números finales.
Una escena que hasta ahora no se había visto en Gran Hermano.