Si algo hay que reconocerle a la labor de Pepe Cibrián como director general es que hace lucir a sus actores. Durante las casi tres horas que dura Excalibur, la nueva apuesta que comanda junto con Ángel Mahler, los artistas brillaron y pudieron mostrar su talento.
A partir de la reinterpretación de una historia simple, la leyenda del rey Arturo, los autores profundizaron en temas como el destino, el amor, la pelea y la búsqueda por lograr los deseos. Aspectos que ya vienen tratando en sus obras, a través de diferentes tramas.
Arturo es el eje principal sobre el que gira la acción. Interpretado por un Emilio Yapor que sorprende, el personaje debe asumir su destino: gobernar su reino. El símbolo del poder está reflejado en Excalibur, la espada que debe dejar ir para luego recuperar, gracias a sus méritos. En su tarea lo acompaña Guenevier, su esposa, a cargo de Luna Pérez Lening, que con sólo 17 años logra conmover con una voz dulce arriba del escenario.
Frente a estos personajes puros, que visten colores claros, está la malvada Morgana, la hechicera que quiere poseer Excalibur y dominar el reino. La interpreta Candela Cibrián, sobrina del director, que sale del papel de heroína sufrida que hacía en Drácula y crea un personaje divertido y original. Morgana, vestida con colores estridentes, cara blanca y una cabellera colorida, con un séquito de mujeres que la rodean, parece una especie de Madonna medieval que deslumbra con su particular tono de voz.
El personaje que guía a Arturo durante su camino es Merlín, en la piel del gran Juan Rodó, que también sale de los personajes serios a los que nos tiene acostumbrados y se anima a jugar y a divertir con su creación. Merlín no es en esta puesta el clásico viejo de barba y pelo blanco. Es un mago hiperactivo, que no para de hablar, que se pregunta y se contesta solo y que maneja todos los movimientos de los personajes. Con su prédica y su forma de hablar recuerda los pastores evangelistas que intentan irradiar optimismo y dejar un mensaje a sus oyentes.
El último eslabón de la historia está a cargo de Golbar, hermano bastardo de Arturo, quien intenta arrebatar el trono ayudado por su madre. Ellos, junto con el consejero supremo y sus acompañantes, representan lo más oscuro de la historia, frente al color del resto de los personajes, que en nada remiten a un ambiente medieval lúgubre y polvoriento.
El canto y el baile, a cargo de un cuerpo de casi 20 artistas, cobran vida a lo largo de una trama heroica, en la que Arturo intenta vencer sus miedos. Luego, la historia cambia el rumbo y todo decanta en un final relacionado con el amor. Todo en medio de un despliegue de escenografía, luces y vestuario impactantes, además de escenas de magia que alimentan la ilusión de estar en presencia de un verdadero hechicero. Para ensamblar el espectáculo, la orquesta, impecable, dirigida por Damián Mahler, hijo de Ángel.
En resumen, una historia simple, que a veces se sale del eje principal, sustentada en grandes recursos humanos y técnicos. Muy recomendable.
La palabra de Cibrián
El día del estreno, el director general no podía estar ausente. Pepe abrió la función pidiéndole al público que apagara su celular, momento en el que jugó con las palabras y hasta lanzó un "¡Marica!", en alusión al ya célebre discurso que pronunció en el Congreso durante la discusión por la ley de Matrimonio Igualitario.
Al final, también subió al escenario, junto con todo el cuerpo técnico y artístico y sorprendió hablando en inglés, hasta que en un momento dijo: "¡Ah, me olvidé que no estábamos en Broadway!". Luego criticó el uso de términos extranjeros como "coach" para referirse a cuestiones relacionadas con el teatro, y afirmó, polémico: "Tengo 64 años y soy ciudadano ilustre, así que puedo decir lo que me dé el forro de las pelotas". Luego se dirigió a Enrique Pinti, presente en la sala, al que dijo que emularía: "Vos te desahogaste toda la vida, yo me desahogo hoy", le comentó.
En su discurso, el director aprovechó para elogiar a los actores de la obra y para reprochar que una actriz como Elena Roger, a quien comparó con los artistas presentes, haya tenido que irse del país para ser reconocida.
