Daphne Guinness es la hija del magnate cervecero Jonathan Guinness y exesposa del billonario naviero Spyros Niarchos, un griego con muchísima plata. Ésta heredera de 43 años vivió siempre rodeada de lujos y privilegios; con residencia en Irlanda e Inglaterra, pasó los veranos de su adolescencia en la pileta de Salvador Dalí en España y trabajó junto a Andy Warhol en Nueva York.
Pero Daphne no se conformó con su cuna de oro ni con los 20 millones de dólares que recibió por su divorcio; en cambio, optó por dejar una marca en el mundo fashion y se hizo un lugar entre los diseñadores de alta costura, como periodista y coleccionista.
Íntima del ya legendario Alexander McQueen, Guinness colecciona diseños de alta costura desde hace varios años e incluso compró, en 2010, el vestidor completo de su amiga Isabella Blow, la icónica editora de la revista Vogue británica (algo así como una Anna Wintour en el Reino Unido), "para preservarlo". Según las propias palabras de Guinness, en su vestidor hay alrededor de 2500 piezas; 450 pares de zapatos, 70 sombreros y 200 carteras.
En pocas palabras, ésta socialité es la mayor compradora de alta costura en el mundo y con sus cheques salvó a más de un diseñador, incluso a McQueen y John Galliano en sus principios. "Daphne sorprende todo el tiempo, siempre se supera", dijo alguna vez el italiano Valentino.
Su increíble colección, que incluye nombres como Alexander McQueen, Karl Lagerfeld for Chanel, Azzedine Alaia, Dior, Givenchy, Lacroix, and Valentino, Dolce & Gabbana, Rick Owens, está en exhibición en un museo de Nueva York hasta enero y es una parada infaltable para los amantes de la moda.
Pero además de ser conocida por su estilo -Tom Ford la catalogó como "la mujer más elegante del mundo"-, Daphne es noticia por sus excentricidades. La última, una frase que encendió la mecha en los medios internacionales.
Cuando una asistente le ofreció un plato de pasta durante una sesión fotográfica, Guinness respondió: "Si como, no puedo trabajar. Comeré cuando esté muerta". En cambio, la heredera sobrevivió el día a base de Red Bull y suplementos vitáminicos. El numerito fue retratado en un perfil en la revista New Yorker.
