En la plaza de España de la ciudad de Sevilla, cientos de personas se juntaron para aclamar a un dictador árabe que viste uniforme militar blanco y anteojos de sol. Vinieron porque fueron pagados para ello. Y fueron pagados porque son extras.
El actor y director Sacha Baron Cohen, que destiló una crítica ácida a la xenofobia y a la homofobia en sus películas Borat y Brüno, se encuentra en España para grabar escenas de su próxima película, "Finchley Dreams", que cuenta “la heroica historia de un dictador que arriesga su vida para impedir que la democracia consiga llegar al país al que oprime con tanto cariño”.
Sergún rumores, la película fue en parter inspirada en una novela del mismísimo Saddam Hussein, Zabibah y el rey.
Cohen, de 39 años, se hizo conocido con su interpretación en la televisión inglesa de Ali G, un londinense blanco con aires de rapero y jerga de gueto jamaicano.
Pero el éxito mundial le llegó con su papel de Borat Sagdiyev, un periodista de Kazajstán que viaja a Estados Unidos para un intercambio cultural. La película, narrada como un falso documental, le valió el odio de muchos kazajos. Es probable que esta nueva cinta, a estrenarse en mayo de 2012, le gvalga el odio de muchos más.
