Brook Barnes
The New York Times Syndicate
LOS ANGELES – China Anne McClain, de 12 años, grababa aquí recientemente una escena de su nuevo programa para Disney Channel cuando la ficción y la realidad chocaron. Mientras las cámaras grababan, su personaje – de camino a la enorme y mala preparatoria – recibió un consejo de su madre.
“Prepárate, cariño”, le advirtió su mamá de la televisión. “Habrá muchas tentaciones”, acotó.
El mismo consejo aplica para la vida real de McClain, conforme se alista para embestir a toda carga, con el respaldo de Disney, y conseguir el título de la Próxima Reina de los Tween.
Hermosa, talentosa y no amenazadora, McClain, como actriz y cantante, claramente tiene el potencial de adueñarse de la cultura prepuberta.
“A.N.T. Farm”, la serie que Disney diseñó especialmente para ella, tendrá su preestreno en mayo; la premier es en junio. También ha firmado un acuerdo con una disquera.
La televisión para niños está en un momento de transición en lo que se refiere a sus estrellas. En Disney, las Tres Grandes – Miley Cyrus, Selena Gómez y Demi Lovato – ya han seguido con su vida. Miranda Cosgrove, la estrella de “iCarly”, de Nickelodeon, cumple 18 en mayo. Ambas compañías se esfuerzan fervientemente por acuñar nuevas protagonistas capaces de captar la atención de los “tweens”, ampliamente definidos como televidentes de entre 8 y 14 años.
Pero la manufactura de estrellas infantiles no es tan fácil como solía ser. Hubo un tiempo cuando lo único necesario era tener personalidad fresca, un poco de talento y un espacio en el Club de Mickey Mouse. Actualmente, las estrellas infantiles tienen que anclar series de televisión y películas relacionadas, sacar canciones exitosas al por mayor, escribir libros y llevar sus conciertos por el mundo – cuando no están lanzando su línea personal de ropa en Walmart.
También hay más competencia, y no sólo entre Nickelodeon y Disney. Agregue a la mezcla a “Glee”, ABC Family, MTV, CW y casi todas las empresas disqueras; Justin Bieber ascendió vía YouTube. También hay más oportunidades para que las estrellas adolescentes cometan errores en un mundo donde Twitter y Facebook están listos para documentar cada pestañeo. Queda por verse si McClain podrá absorber la fama sin convertirse en aún otro desastre adolescente.
A los ejecutivos de Disney y Nickelodeon les preocupa la resistencia de los papás, quienes se muestran hartos de una situación que se ha hecho demasiado común entre las estrellas “tween”: actrices que se venden como modelos a seguir y que pronto se convierten en lo contrario. ¿En qué punto los padres escépticos dejan de permitir que sus hijos sintonicen un canal?
Jamie Lynn Spears, de “Zoey 101”, de Nickelodeon, se embarazó a los 16 años. Vanessa Hudgens (“High School Musical”) se vio en un escándalo por tomarse una foto desnuda. Cyrus abruptamente adoptó una imagen sensual y provocadora, transformación inexplicablemente respaldada por Hollywood Records, que pertenece a Disney. Lovato, famosa por “Camp Rock” y “Sonny With a Chance”, recientemente estuvo en rehabilitación.
“Estos canales están empezando a perder mi confianza en este departamento”, dice Tara Shannon, oriunda de Denver y madre de un niño de 8 años y de una niña de 11. “Hemos mordido el anzuelo una y otra vez, y una y otra vez han dejado un desorden que los padres hemos tenido que arreglar”, agrega.
Michael McClain no culpa a los padres de familia que se sienten así. Es uno de ellos. Promete que su hija, llamada China Anne, seguirá los pasos de Gómez, quien como estrella de “Wizards of Waverly Place” ha navegado la fama exitosamente.
“Nuestra familia es extremadamente unida, y en cuanto su madre o yo o sus hermanas mayores sintamos el más ligero soplo de comportamiento de diva, le caeremos encima”, afirma.
El Sr. McClain señala que él y su esposa, Shontell, han buscado consejo de los papás de Gómez. “Selena es mi modelo a seguir”, dice China Anne McClain, sentada con decoro en un sofá de su vestidor. “Nunca me voy a faltar el respeto a mí misma – nunca”, acota.
Le es fácil decirlo ahora. La fama, sin mencionar la pubertad, recién comenzó a golpearla, y apenas hace poco se mudó con su familia a Los Angeles desde los suburbios de Atlanta. Aún así, Gary Marsh, presidente de entretenimientos de Disney Channel, afirma que su instinto le dice que McClain será distinta.
“Probablemente es la comediante más talentosa que hemos encontrado en 10 años, pero tiene algo innato que le permite ser muy humilde”, explica Marsh. “Sus papás también son cálidos, amorosos, atentos y participativos. Le sorprendería saber qué tan seguido se presenta lo contrario”, aclara.
Efectivamente, Marsh ha empezado a inspeccionara a los papás tan cuidadosamente como a las estrellas potenciales. ¿Muy hambrientos de fama? ¿Dependen mucho de sus hijas como fuente de ingreso? Disney tal vez deba optar por otra candidata.
Para crear una súper estrella “tween” se requieren años de cuidados especiales que se remontan a los días del sistema de estudios de Hollywood.
Disney busca varios elementos entre casetes de grabación y el Internet: presencia, interés genuino en el negocio del espectáculo y talento natural para la actuación, canto y baile. Verse bien es obligatorio, pero también cierta suavidad. Los videntes de las “tween” gravitan hacia las actrices que consideran que potencialmente podrían ser sus mejores amigas; el menor indicio de que la chica es desagradable puede evitar que una estrella en ciernes alcance la estratósfera.
Disney se encontró con McClain en el clímax de su gloria hace cinco años. Hizo una audición para una película de televisión llamada “Jump In”, que trataba de un chico que descubre su pasión oculta por saltar la cuerda. Obtuvo el papel pero lo rechazó porque le ofrecieron algo mejor: Tyler Perry, el magnate cinematográfico y de televisión de Atlanta, la quería proyectar en su serie TBS, “Tyler Perry’s House of Payne”, y en una película, “Daddy’s Little Girls”.
Pero Disney no se dio por vencido, y en poco tiempo puso a McClain en la ensambladora de estrellas infantiles de la compañía: apareciendo como invitada en programas como “Hannah Montana”, tomando lecciones sobre cómo interactuar con los medios de comunicación, apareciendo en un video de Internet por aquí y por allá. Mientras tanto, Disney trabajó para construir un programa especialmente para ella.
Esa serie es “A.N.T. Farm”, creada por Dan Signer. Se enfoca en un grupo de prodigios de 12 años que se unen al programa de Talentos Naturales Acelerados de una escuela preparatoria. McClain hace el papel de Chyna, una virtuosa de la música. La serie tiene como coprotagonistas a Sierra McCormick y Jake Short, jóvenes con impresionantes habilidades para la comedia.
Los niños prodigios tienen que navegar un mundo nuevo y atemorizante (un diálogo de ejemplo: “No molesten a los grandes. Nos matarán, harán joyas con nuestros huesos y después nos venderán en ferias artesanales. No quiero terminar en el cuello de una mujer madura que vista faldas de mezclilla”). Como la mayoría de los programas para niños, “A.N.T. Farm” está diseñado para ser aspiracional – mejor para seducir a los jóvenes televidentes y para tranquilizar las preocupaciones de los padres sobre la televisión, como la comida chatarra.
El apoyo para McClain, una niña afroamericana, llega justo cuando los canales para niños trabajan más duro para encontrar estrellas de grupos minoritarios. Es una comercialización astuta que señala a los padres que la diversidad es prioritaria. Pero Nickelodeon y Disney también quieren reflejar una base diversificada de televidentes. “Hemos enseñado a los niños a ver por ellos mismos”, dice Marsh.
Otras actrices que compiten por el súper estrellato “tween” son Zendaya, una chica de dos razas de 14 años coprotagonista del éxito en ciernes de Disney Channel “Shake It Up”. Coco Jones es una cantante afroamericana de 12 años (combine a Jennifer Hudson con Rihanna y al resultado déle un toque de escuela secundaria). Jones se ha convertido en una joya de Radio Disney. Nickelodeon está desarrollando una serie para Cymphonique Miller, una actriz y cantante afroamericana de 14 años, que se llama “How to Rock Braces and Glasses”.
No obstante, al parecer nadie ha recibido el mismo trato de estrella prometedora que McClain. Todavía no se habla de un éxito del nivel de “Hannah Montana” – Cyrus impulsó esa serie hasta convertirla en una marca de mil millones de dólares anuales _, pero Disney ciertamente espera que florezca pronto en una estrella con el voltaje de Gómez o Cosgrove, de “iCarly”. Disney recientemente escogió a McClain para exhibirla en una importante presentación de publicidad en Nueva York.
Tan pronto como despegue “A.N.T. Farm”, McClain empezará a trabajar en un disco para Hollywood Records. Sus dos hermanas mayores, Sierra y Lauryn, se le unirán, y el grupo se llamará III, según McClain. ¿Cómo suena? “A música urbana para niños”, explica McClain.
“Me gusta mezclarla un poco”, afirma, comentario que provocó que su padre arqueara la ceja. “¡Pero no mucho!”, agrega.
