Muchos actores de Hollywood aceptaron el desafío de ponerse en la piel de grandes deportistas y retrataron en el cine las proezas, desventuras y rivalidades de personalidades de ese rubro. En esta nota te contamos algunos de esos casos.
Margot Robbie en Yo, Tonya, de 2017. La actriz de Había una vez en Hollywood interpreta a la patinadora Tonya Harding en esta biopic ubicada en los años ’90, donde se narra la rivalidad que tuvo con su principal oponente, Nancy Kerrigan.
En 1994 Kerrigan, poco antes del inicio de una competición, sufrió un ataque por un matón a sueldo que intentó romperle la rodilla. Desde ese momento la sospecha se centró en el entorno de Harding, desde su exmarido hasta su guardaespaldas.
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Will Smith en Ali, 2001. El actor se puso en la piel de Cassius Clay, mundialmente conocido como Muhammad Ali, y narró la vida de uno de los mejores boxeadores de la historia.
Su papel le valió su primera nominación al Oscar. “Amé haberlo interpretado”, reconoció en una entrevista.
Chris Hemsworth en Rush, de 2013. El actor personificó al piloto de Fórmula 1, el británico James Hunt, en el film donde se refleja la rivalidad que mantuvo con el austriaco Niki Lauda sobre todo en 1976, año en el que este último sufrió un grave accidente que casi le costó la vida.
Mark Wahlberg en Invencible, de 2006. Transcurre en 1976 y narra el momento en que Vince Papale, un hombre de treinta años aficionado del equipo Philadelphia Eagles que solo había jugado al fútbol americano un año en el instituto, decide acudir a una prueba abierta de su equipo y al lograr ser admitido, cumple el mayor sueño de su vida.
Emma Stone en La batalla de los sexos, de 2017. La actriz interpretó a Billie Jean King. El film cuenta la rivalidad entre la deportista y el extenista profesional Bobby Riggs, quienes se enfrentaron en un partido legendario en 1973. El evento atrajo la atención de millones de estadounidenses y es recordado como uno de los grandes eventos en la historia del tenis.
Uno de los temas que aborda el film es el de la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres en ese deporte. Al igual que en la ficción, Stone trasladó este debate en Hollywood, al insistir públicamente en que los actores ayuden a disminuir esa grieta y acepten bajar sus sueldos.
Robert de Niro en Toro Salvaje, de 1980. En la película dirigida por Martin Scorsese el actor se pone en la piel de Jake LaMotta, un joven boxeador cuyo sueño es convertirse en el campeón de los pesos medianos. Pero su violenta personalidad hace que descargue su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Cuando logra el éxito que anheló, su vida comienza a desmoronarse.
El film le valió a De Niro el premio Oscar como mejor actor.
Russell Crowe en El luchador, de 2005. Basada en una vida de James Braddock, quien después de haberse retirado del boxeo, decidió volver al cuadrilátero para poder alimentar a su familia. Se sitúa en la época de la Gran Depresión.
Stephan James en El héroe de Berlín, de 2016. Cuenta la historia del atleta Jesse Owens que saltó a la fama en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, en pleno régimen nazi.