“¿Un genio yo? Entonces, ¿qué son Shakespeare, Mozart o Einstein? No, no, yo sólo soy un humorista de Brooklyn que ha tenido mucha suerte en la vida". Como sea, hoy Allan Stewart Königsberg cumple 80 años.
Woody Allen, tal el nombre con el que se hizo mundialmente famoso, nació en 1935 en una familia judía. Su abuelos emigraron de Rusia y Austria y se instalaron en el Lower East Side de Manhattan. Su padre, Martin Konigsberg, trabajó como camarero y taxista, mientra su madre, Nettea Cherry, era empleada contable. Con esfuerzo, consolidaron una familia que no sufrió privaciones y en medio de la mezcla de idiomas (hablaban yiddish, hebreo, alemán e inglés) criaron a sus hijos Allan y Letty (que nació en 1943 y ofició de productora en buena parte de los films de Woody).
Pese a su modestia, Woody Allen se convirtió en una de las figuras clave del cine, en su múltiple condición de director, guionista, actor, humorista y músico ocasional. Con 46 películas estrenadas, que acumulan 4 Premios Oscar en distintas categorías, su nombre representa el Olimpo del arte en el siglo XX.
Tan brillante como prolífico, admite que tuvo pasos en falso (siempre dice que trabaja con el criterio de la cantidad, porque de tanto probar una saldrá bien), porque entiende que su “arte” es imperfecto. Metódico, sarcástico y aferrado a su manera “artesanal” de trabajo, aunque nunca convocó a multitudes es imposible imaginar la “película del cine” sin la filmografía de Woody, mitad comedias mitad dramas.
El 90% del éxito se basa solamente en insistir.
Aunque algunos puedan reprocharle cierta repetición, es probable que allí tenga su mayor fortaleza. Es que como pocos, Woody puede nadar las turbulentas aguas del espíritu humano con la tranquilidad de la que sólo los humanistas pueden jactarse. Su gran objeto de estudio es el hombre mismo y, en especial, esa mitad (incomprensible para otros) que incluye al género femenino. Sus personajes femeninos son uno de sus pilares, sólo basta repasar los títulos de sus películas para comprobar el protagonismo que le dio a sus criaturas femeninas.
Por supuesto, en el universo Woody hay lugar para un activo intercambio entre sexos, con personajes dubitativos, neuróticos, urbanos (por décadas, bichos de la misma ciudad, New York) y luego seres cosmopolitas, que habitan un planeta convertido en aldea global. Lógicamente, las tensiones entre géneros permiten diversidad de vínculos porque el corazón para Woody es un músculo de máxima flexibilidad.
La inactividad sexual es peligrosa: produce cuernos.
Eso sí, todo lo que tenga que pasar, pasará al ritmo del mejor jazz o matizada con algunos fragmentos de sus óperas favoritas. Ya sea en los acomodados departamentos de sus personajes o las calles o espacios públicos de las ciudades, siempre sonará una canción. De ser posible, un clarinete, su otra pasión.
ALGUNAS JOYAS
Cualquier reducción de su obra es una injusticia, pero a la hora de elegir, aquí van 10 películas imperdibles
1- Annie Hall
2- Manhattan
3- Hannah y sus hermanas
4- Crímenes y pecados
5- La otra mujer
6- Todos dicen te quiero
7- Match Point
8- Si la cosa funciona
9- Medianoche en París
10- Blue Jasmine
LAS MUJERES DE WOODY
Si en la pantalla, los personajes femeninos fueron sus grandes protagonistas, la vida real de Woody estuvo también marcada por varias mujeres que fueron tanto pareja como musas.
Su primera esposa fue Louise Lasser. Se casaron en 1966 y se divorciaron en 1969. Juntos rodaron “Coge el dinero y corre”, “Bananas” y “Todo lo que siempre quisiste saber sobre sexo…”
Diane Keaton fue su siguiente amor. Comenzaron a trabajar en 1968 y en algún momento surgió el amor. Fueron pareja hasta 1975 pero mantienen excelente relación. Juntos filmaron varias de sus mejores películas, como “Annie Hall” (por la que ella recibió el Oscar) y otras que vinieron cuando el vínculo afectivo ya estaba disuelto como “Manhattan”, “Días de radio” y “Misterioso asesinato en Manhattan”
A principios de los ’80, se hizo pública la relación con Mia Farrow, quién se convirtió además en su gran socia artística a lo largo de la década. En el plano personal, encarnaron el sueño de la pareja moderna que podía llevar adelante una familia sin convivir de manera permanente. Todo se desmoronó cuando en 1992 se conoció el affaire entre Woody y la hija adoptiva de Mia, Soon-Yi Previn (adoptada durante su matrimonio con el director de orquesta André Previn).
La ruptura fue una de las más escandalosas que Hollywood recuerde e incluyó la acusación de abuso sexual contra la hija adoptiva de Mia, Dylan (quién entonces tenía 7 años ) y el escándalo sobre la identidad del hijo biológico que tuvo con el director (Ronan tiene un visible parecido físico con Frank Sinatra, primer marido de Mia y fue ella misma quién habló del tema en una entrevista con Vanity Fair en 2013). Pese a todo, quedan las películas. “La rosa púrpura del Cairo”, “Septiembre”, “Alice”, “Hannah y sus hermanas” y muchas más.
Aunque con Soon Yi todo arrancó mal (Mia encontró una serie de fotos de su hija desnuda en poder de su marido), hace 23 años que están juntos. Si bien el mismo director dijo en recientes declaraciones que pensó que la relación no duraría mucho y no sería más que un affaire, en la Nochebuena de 1997, se casaron en Venecia. Más tarde, adaptaron a Bechet Dumaine y Manzie.