Cuando en plena promoción de Romper el círculo le preguntaron a Blake Lively en una entrevista si lloraba cuando veía sus películas, la actriz respondió con sarcasmo. “No, sufro de toxicidad masculina, así que no”, lanzó. Nadie hubiera esperado que detrás de esa frase se escondiera una terrible crisis personal, pero como se sabe, detrás de una ironía siempre hay verdades.
El exitoso film se transformó en el escenario caótico de maltratos, acoso, peleas y resquemores personales, todas situaciones que explotaron más tarde. La batalla de demandas cruzadas que presentaron sus protagonistas Blake Lively y Justin Baldoni, junto a la presencia del esposo de la actriz, el popular Ryan Reynolds, le dieron una cuota casi de culebrón.
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Detrás del desastre que fue el rodaje, sin embargo, se esconde un entramado duro de roer, en el que representantes de artistas, productores y dueños de emporios de Hollywood se entremezclan en actitudes que parecen de otra era. ¿Qué pasó durante la filmación de Romper el círculo?
El origen de “Romper el círculo”, de un bestseller a ser uno de los éxitos del cine de 2024
El origen de Romper el círculo está relacionado al despegue comercial, profesional y laboral que buscaba Justin Baldoni para su carrera a fines de la década de 2010. Histórico actor de telenovelas como The Bold and the Beautiful o The Young and The Rentless y de series como Jane The Virgin -que adapta a su vez un culebrón venezolano- fundó su propia compañía productora, Wayfarer Studios, para dedicarse de lleno a la realización.
Es por eso que en 2019 compró los derechos para hacer la película basada en la exitosa novela Colleen Hoover que retrata la historia de superación de una mujer joven que sufre violencia de género. Al contratar a Blake Lively para que sea su coprotagonista, se acordó algo: él se iba a encargar de dirigir el film, mientras que ella también podía participar de la producción con algunas decisiones que podían pasar por sus manos.
Llegó la pandemia, los rodajes se suspendieron, se postergaron los proyectos, muchos quedaron en el camino. Tras esa compleja época, finalmente la idea de Baldoni se hacía realidad: en enero de 2023 Deadline anunciaba que iban a filmar Romper el círculo.
La posibilidad de ser un hit estaba en el ambiente. La obra de Hoover se publicó en 43 idiomas y fue el más exitoso durante los primeros años tras su salida. La novelista es una de las principales bestsellers del momento, con más de 20 millones de libros vendidos.
Si bien no extrañó su performance en la taquilla, sí sorprendió la magnitud de la popularidad que logró: con un presupuesto de 25 millones de dólares consiguió 350 millones de dólares en todo el mundo, una cifra impresionante para un drama romántico. Pero detrás de los números algo más estaba pasando.
El set de “Romper el círculo”, un escenario de malestar entre Blake Lively y Justin Baldoni
Nunca fue buena la relación entre Blake Lively y Justin Baldoni. El malestar se generó, como muchas veces ocurre, por ego: justo cuando el director cedió el control de las decisiones al ojo de la actriz que, como era productora, podía hacerlo.
Si bien durante la extraña rueda de prensa que hubo en el mes previo al estreno, agosto de 2024, algo se sospechaba aunque no se tenía certeza de todo lo que había pasado. Los fotógrafos solo veían a los protagonistas por separado: mientras que Justin Baldoni daba entrevistas en soledad sin el resto del elenco, Blake Lively se mostraba junto a los demás.
Los medios especializados en Hollywood empezaron a sospechar de que algo más había, los hechos salieron poco a poco a la luz como rumores. Todo explotó meses después cuando la actriz se descargó en una nota con The New York Times.
La actriz expuso en ese artículo que el realizador incluyó escenas de sexo que estaban fuera del guion, que tuvo conductas inapropiadas en el set y que la hostigó tras haber terminado el rodaje. “Era perturbador” y “poco profesional”, lanzó. Luego, estas declaraciones las llevó a la Justicia.
“Espero que mi acción legal ayude a revelar estas siniestras tácticas de represalia para dañar a las personas que denuncian mala conducta y ayude a proteger a otros que puedan ser atacados”, explicó la protagonista de la película, en declaraciones a The New York Times, tras presentar la denuncia.
Lively sostuvo que su coprotagonista y director inició una campaña de desprestigió contra ella, que intentó rodar imágenes sin consentimiento. “Insertó contenido sexual gratuito improvisado y/o escenas que incluían desnudez en la película (incluso para un personaje menor de edad) de formas muy inquietantes”, acusó.
Estas modificaciones incluían una escena en la que el personaje de Lively iba a tener “un orgasmo frente a la cámara” y otra en la que buscaba dar una versión “más detallada” de la secuencia donde la joven Lily Bloom tiene su debut sexual. Todas eran sin el consentimiento de la actriz principal.
Durante el largo testimonio, Lively acusó a Baldoni de “improvisar intimidad física que no había sido ensayada, coreografiada ni discutida” sin que “participara ningún coordinador de intimidad”. “Mordió y chupó discretamente el labio inferior de Lively durante una escena en la que improvisó numerosos besos”, detalló el escrito presentado por los abogados de la actriz.
Durante otra escena, un baile lento entre los personajes de Lily y Ryle que no requería sonido, Baldoni, hablando como él mismo, “se inclinó hacia adelante y lentamente arrastró sus labios desde la oreja hasta el cuello de Lively mientras decía, ‘huele tan bien’”, alegó la denuncia de la actriz.
En el escrito judicial, Blake Lively detalló que hubo momentos en los que se sintió “humillada” y “degradada de manera rutinaria” por el director del film. Según dijo, el realizador tenía una obsesión por la figura y el peso de la protagonista.
El rodaje de Romper el círculo empezó en mayo de 2023, poco tiempo después de que Lively haya tenido a su cuarto hijo con el actor Ryan Reynolds. Esto supuso todo un esfuerzo físico y emocional para la actriz, que terminó chocando contra Baldoni de la peor manera, según el testimonio que trascendió: aseguró que el realizador “la cosificó” y “se esforzó por criticar su edad y peso”.
Lively afirmó que su compañero la “degradaba rutinariamente” por su peso. Una de las peores situaciones que padeció, según denunció, fue cuando el realizador se comunicó con el entrenador de la actriz, sin que ella sepa, para saber cuánto pesaba.
“La señora Lively se sintió humillada al enterarse de que el señor Baldoni llamó en secreto a su entrenador físico, sin su conocimiento ni permiso, y le dio a entender que quería que perdiera peso en dos semanas. (...) Le dijo al entrenador que le había pedido que lo hiciera porque le preocupaba tener que agarrarla en una escena de la película, pero no hubo tal escena”, sintetizó en la demanda.
Las actitudes de Ryan Reynolds contra Justin Baldoni en “Romper el círculo”
Una vez que se desató la guerra entre las dos partes, Justin Baldoni contraatacó judicialmente contra la actriz y el medio que publicó la demanda pública: en un texto judicial de 87 páginas el realizador exigió una suma de 250 millones de dólares por los “daños y perjuicios” que le ocasionó, según él, “la narrativa falsa” que la actriz junto al diario The New York Times hicieron masiva.
En algunos fragmentos de su contradenuncia se vislumbran las diferencias de criterio que quedaron expuestas por la realización del film. Uno de los puntos clave tiene que ver con quién tomó decisiones artísticas con respecto a algunas escenas que quedaron fuera de la ficción.
Baldoni sostuvo en su demanda que se sintió perjudicado porque en realidad hubo dos versiones de la misma película que compitieron para ganar el lugar de llegar a la pantalla: su corte y el de Lively.
Sin embargo, los abogados de la actriz fueron contundentes después de conocerse la palabra de Baldoni. “No se trata de una disputa que surja de diferencias creativas o de una situación de ‘él dijo/ella dijo’. Como se alega en la denuncia de Lively, y como demostraremos en el litigio, Wayfarer Studios y sus asociados participaron en una campaña de represalia ilegal contra la señora simplemente por tratar de protegerse a sí misma y a otros en un set. Su respuesta fue lanzar más ataques”, expresaron.
En enero de 2024, cuando la filmación de la película estaba a punto de naufragar por los problemas de rodaje y la huelga de guionistas, intervino Ryan Reynolds, productor, actor y marido de Lively. El canadiense tuvo una reunión de emergencia con los estudios y exigió que haya un coordinador de intimidad, algo que faltaba y generó problemas.
Conocido por meterse en la dirección cada proyecto en los que actúa, los abogados del Baldoni descuentan que cualquier decisión que haya habido de Lively tiene el sello de Reynolds. Por eso, el realizador del drama romántico expresó en su escrito que los dos le “sabotearon su carrera” al minimizar sus determinaciones en el film.
Incluso, esta semana, los abogados de Baldoni fueron contundentes contra Reynolds. Tras viralizarse un clip del film Deadpool & Wolverine en el que se hace foco en un chiste donde se ve a un personaje del film llamado Nicepool, apuntaron al canadiense y a una presunta broma suya. “Lo que entiendo es que si tu mujer sufre acoso sexual, no te burlás de Justin Baldoni. No hay duda de que se relaciona con Justin. Es un asunto serio”, expresó.
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La pelea judicial que recién se inicia entre Justin Baldoni y Blake Lively promete durar más que cualquier otro juicio que haya habido. Las implicancias, igualmente, pueden ser complejas: en la verdad de lo que pasó y que saldrá a la luz judicialmente no hay sarcasmo que valga.
