Desde que explotó el caso de Sean “Diddy” Combs, el rapero que está preso denunciado por tráfico sexual de personas y abuso, cientos de famosos se preocuparon porque sus nombres no sean vinculados a lo que pasó. A través de las redes, imágenes del pasado cobraron fuerza en el presente con una magnitud inusitada, como les ocurrió a los príncipes Harry y William.
Los herederos de la corona británica fueron parte de las celebridades que alguna vez se mostraron junto al cantante, pero detrás de las fotos que circulan en X, sobre todo, se esconde una trama en la que refleja las intenciones de Diddy: el rapero insistió durante años para que los hermanos vayan a sus fiestas salvajes y nunca lo pudo lograr.
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Las imágenes que están expuestas en esta nota fueron sacadas entre bambalinas del estadio Wembley, el 1 de julio de 2007, el día en el que se le hizo un multitudinario homenaje a Lady Di.
Más allá de las instantáneas, en las que también se ve a Kanye West que fue parte de aquellos festejos, Diddy siempre intentó llegar a los príncipes, sobre todo cuando estaban solteros y sin compromisos.
De acuerdo a lo que publicó el medio Fox News, el biógrafo de la corona Christopher Andersen, el rapero invitó siempre a los hijos del rey Carlos a sus salvajes fiestas cuando eran “chicos que se metían en problemas”. “Obviamente en su juventud ambos príncipes fueron noticia por sus historias en los clubes nocturnos de Londres y sus alrededores”, comentó.
Luego, expuso que el productor musical ahora preso fue insistente. “Diddy se esforzó porque vayan a sus fiestas, pero cada una de esas invitaciones fueron sabiamente rechazadas. Después de que William y Kate Middleton se comprometieran (eso ocurrió en 2010 y se casaron en 2011), Diddy captó la indirecta y dejó de invitarlos por completo”, remarcó.
El investigador aseguró que debido a los antecedentes de cada uno “podrían haber dicho que sí y haber ido a esas fiestas salvajes, pero gracias a los que los controlaban esquivaron una bala”.
Así eran las fiestas salvajes de Diddy
Tras la meditación del caso, varios sitios especializados en Hollywood como US Weekly y Page Six indagaron en cómo se diseñaban estas fiestas que, en la mayoría de los casos, eran anuales y muy reconocidas: los participantes, como un código secreto, debían ir vestidos de blanco siempre. Mientras que muchos de ellos solo estaban en la celebración “oficial”, había una oculta en la que, presuntamente, ocurrían las aberraciones por las que se lo acusa al músico.
Muchos creen que varias de estas fiestas que organizaba anualmente en su mansión de Los Hamptons eran una fachada para dar una “buena imagen” dentro del mundo del espectáculo. Eso le permitía obtener poder y más fama, que, a su vez, le generaba impunidad para cometer otros delitos.
Además, los investigadores suponen que, al mismo tiempo, estas celebraciones eran parte del sistema que Diddy montó para cometer los crímenes sexuales. El productor quedó detenido acusado de haber usado su “poder y prestigio” para “tráfico sexual, trabajo forzado, transporte interestatal con fines de prostitución, delitos de drogas, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción de la justicia”.
Las aberraciones que, aseguran, cometía, quedaron registradas en múltiples videos prohibidos que las fuerzas policiales descubrieron cuando allanaron, a principios de año, su lujosa casa en Miami. El caso es similar al de Jeffrey Epstein, el magnate que se suicidó en la cárcel cuando estaba a punto de enfrentar un juicio por tráfico y abuso sexual.
En la acusación se describe que Diddy obligaba a las mujeres y hombres a cometer, mientras estaban drogados, actos sexuales conocidos como Freak Offs, que quedaban registrados en videos. Las torturas duraban días y las víctimas recibían medicación intravenosa para recuperarse. Los investigadores sostuvieron que el rapero grababa los actos sexuales para, luego, mostrarle a las personas que eran víctimas de los abusos y chantajearlos con hacer circular ese material con el objetivo de que no hablaran.
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En los allanamientos, la policía encontró drogas, cientos de videos, miles de botellas de aceite y lubricante para bebés, además de armas de fuego y municiones. Diddy enfrenta varias penas que van desde los 15 años hasta la cadena perpetua.