Protagonista de películas que hicieron historia y de personajes emblemáticos que trascendieron el mundo del cine, Marlon Brando fue una megaestrella de Hollywood durante décadas. Sin embargo, murió al borde de la indigencia y acorralado por las deudas en una modestísima habitación en los suburbios de Los Ángeles.
A cien años del nacimiento de este ícono del cine, la escritora Patricia Ruiz, autora del libro Brando en el crepúsculo, asegura que el actor tenía deudas que superaban los 20 millones de dólares. Vivía solo en una habitación claustrofóbica, con un par de cortinas y unos pocos muebles en estado lamentable. El dinero que recibía del seguro social solo le alcanzaba para comer.
La tormentosa vida de Marlon Brando
Nacido como Marlon Brando Jr. el 3 de abril de 1924 en Omaha, Nebraska, tuvo una infancia muy dura a raíz de la tormentosa relación con su padre y la desordenada vida que llevaba adelante su mamá, una actriz de segunda a la que él debió rescatar más de una vez en noches de alcohol y excesos.
En la actuación encontró un escape que lo llevó a la fama muy pronto. Su fulgurante aparición en Un tranvía llamado deseo le valió el unánime reconocimiento de la crítica y fue la plataforma de despegue para una carrera extraordinaria, en la que ganó dos Oscar y dos Globos de Oro, entre otros muchos premios.
Fue protagonista de películas emblemáticas que quedaron en la historia del cine, como El padrino (1972), Apocalypsis Now (1979), Rebelión a bordo (1962) y El último tango en París (1972). Se mantuvo activo hasta tres años antes de su muerte, producida por una fibrosis pulmonar, el primero de julio de 2004. Sin embargo, el sobrepeso que sufría lo condicionaba enormemente y le impedía mostrarse en plenitud ante las cámaras.
Obsesionado por el sexo, Marlon se casó tres veces y tuvo 11 hijos. Además, confesó que había mantenido relaciones homosexuales y no sentía vergüenza por ello: “Como la mayoría de los hombres, he tenido sexo con personas de mi mismo sexo”, dijo alguna vez, acosado por la prensa, que había publicado sus presuntas historias de amor con Clark Gable, Laurence Olivier y James Dean.
Sus problemas financieros comenzaron el 16 de mayo del 90, con el asesinato de Drag Dollet, el marido de su hija Cheyenne. El homicida resultó ser nada menos que Christian, el hijo mayor de Brando, que argumentó haber actuado en defensa de su hermana, quien estaba siendo duramente golpeada.
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Mientras Christian purgaba su condena en la cárcel, Marlon tuvo que ocuparse de su hija viuda, que había caído en una profunda depresión. Tras varios intentos de suicidio fallidos, Cheyenne acabó con su vida, a los 25 años, ahorcándose en su casa de Tahití, en 1995.
Fue poco antes de que la Justicia liberara antes de tiempo a Christian, por buen comportamiento, y significó un impacto tremendo para el actor, que la adoraba.
La carrera de Brando ya no fue la misma. Siguió como pudo, luchando contra la depresión y una obesidad que avanzó a pasos agigantados. La causa judicial de Christian le llevó millones de dólares y, sumada a la falta de trabajo, su fortuna se fue evaporando.
En los últimos años llevaba una vida por demás austera, solo tenía los ingresos del seguro social, y recibía pocas visitas. Empezó a alejarse de sus amigos y de su familia, hasta que la fibrosis pulmonar le puso fin a sus días en la más absoluta pobreza.
Hubo un hecho que llamó la atención de sus biógrafos: pese a la delicada situación económica que enfrentaba, por la que a veces no tenía ni para comer, se negó a vender una isla que había comprado en la Polinesia Francesa, después del rodaje de Rebelión a bordo.
Se había enamorado de ese lugar durante la filmación y compró un conjunto de pequeños islotes que se convirtieron en su refugio cada vez que podía escaparse de Hollywood. Actualmente, el lugar es un lujoso resort turístico que administra su hijo Simon, que lo bautizó como The Brando.
