En los recovecos escondidos de Hollywood hay historias que permanecen ocultas, otras que se exponen mucho más y algunas que tienen un halo misterioso muy difícil de desentrañar: son leyendas urbanas basadas en situaciones extremas relacionadas entre sí. Entre ellas, aparece una sobre el guion de una película que nunca se hizo por una extraña maldición: los actores que estuvieron cerca del proyecto murieron de formas trágicas.
La maldición de la realización de Atuk persiguió durante años a sus productores y guionistas que, con el fallecimiento del último de los actores que sonó para ser su protagonista, decidieron guardarla en un cajón para evitar concatenar más desgracias.
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¿Qué pasó alrededor de esta película vinculada a estrellas en desgracia como John Belushi, Sam Kinison, John Candy, Chris Farley y Phil Hartman?
De qué se trata “Atuk”, la película jamás realizada por la muerte de sus posibles protagonistas
La historia de lo que hubiera sido Atuk se basó en la novela del género de la sátira The Incomparable Atuk escrita por el autor canadiense Mordecai Richler en 1963.
La historia original buscaba mostrar lo que pasaba cuando un integrante de la comunidad Inuit, conocidos comúnmente como esquimales, deja su fría tierra de origen en Alaska para ir por primera vez a Toronto.
El autor buscaba satirizar a las elites culturales esnobs de Canadá a partir de la desfachatez de su personaje principal al que, básicamente, no le importaba absolutamente nada.
En 1971, el productor Norman Jewison -creador de Jesucristo Superestar, por ejemplo, entre otras realizaciones- compró los derechos de la novela para poder transformarlos en un guion que empezó a desarrollar Tod Carroll.
El autor hizo un cambio clave para llevarla a los Estados Unidos: en lugar de la ciudad canadiense, eligió a Nueva York como escenario principal para su personaje.
John Belushi y Sam Kinison, los primeros actores que sonaron para ser Atuk
Hay varios sitios que recopilan los hechos alrededor de Atuk que aseguran que Tod Carroll escribió el guion pensando solo en John Belushi, que a mitad de los ‘70 era uno de los comediantes más importantes de los Estados Unidos.
Pero la muerte del comediante en marzo de 1982 dejó vacío al proyecto en la cabeza de sus productores. Belushi tuvo una falla multiorgánica tras una brutal sobredosis de cocaína y heroína.
Aunque en algunas notas figura que el actor de The Blues Brothers estaba trabajando en la lectura del guion del film antes de fallecer, esto no es así ya que estaba enfocado en el proyecto de Noble Rot, que nunca llegó a filmar.
La confusión se dio a partir de la recopilación de lo que ocurrió con Atuk cuando William Shatner, en 1998, aseguró en su ciclo Hollywood Ghost Stories de AMC que el guion del film “era para morirse” y se mencionó a Belushi como el esquimal original.
Es que las características del personaje entraban justo para que sea él: grandote, cínico, medio torpe, con una actitud atropellada y, al mismo tiempo, sin que le importe absolutamente nada. Belushi parecía había nacido para ese papel, que nunca hizo.
La caótica versión de Atuk que quería hacer Sam Kinison
El que sí fue designado para el rol principal fue Sam Kinison, el segundo actor vinculado a Atuk. El humorista también tenía todas las características necesarias: sobrepeso, mal humor y una actitud irónica de la vida.
La elección de Kinison, sin embargo, fue caótica. En una entrevista con Los Angeles Times en 1999, el guionista contó que el actor intentó rearmar el personaje a su gusto y todo saltó por el aire.
“Cuando llegó el momento de empezar a filmar, Sam quería reescribirlo. Una vez que empezaron a rodar, acumuló muchos costos”, comentó Carroll, acerca del desastre que significó el inicio del rodaje.
Atuk estuvo en producción una sola semana hasta que Kinison decidió unilateralmente renunciar. Poco antes de morir en un accidente, el comediante explicó su versión de los hechos.
“Fui muy profesional. Incluso fui a una escuela de trineos tirados por perros para estar preparado para el papel. Intentaron encontrar a alguien que me reemplazara y, cuando no pudieron, cancelaron la película”, explicó Kinison, en otra entrevista con Los Angeles Times.
Poco después, la productora United Artists presentó una demanda de 5,6 millones de dólares contra Kinison en el Tribunal Superior de Los Ángeles, citándolos por incumplimiento de contrato y fraude.
“Sam hizo todo tipo de exigencias, amenazas, algunas escandalosas y desagradables, como si ya fuera una gran estrella”, lanzó alguien del entorno del film, poco tiempo después del conflicto.
En 1992, Kinison murió trágicamente en un accidente de auto, cuando estaba intentando salir del espiral de adicciones en el que se había hundido: chocó frontalmente con una camioneta conducida por un adolescente ebrio.
Cuáles fueron las otras tragedias que alimentaron la maldición de Atuk
En el preciso momento en el que Kinison le pegó un portazo a los productores, los realizadores entraron en desesperación. No había otras figuras como las dos que ya habían circulado para el rol central.
“Entrevisté a todos los actores gordos de Hollywood para esta película”, aseguró una escritora que había querido comprar el guion sin realización para ocuparse de la producción, según detalló el sitio Skeptical Inquirer.
A principios de los ‘90, empezó a sonar John Candy para el rol. El actor era una de las figuras canadienses de la comedia, un poco, el heredero de parte del estilo de humor absurdo de Belushi y Kinison, aunque más familiar.
Líder de la taquilla a partir de un par de minutos en pantalla gracias Mi pobre angelito y el protagónico de muchas comedias que en esa época llegaron a la Argentina en VHS, el actor era número puesto para los productores que buscaban relanzar el proyecto.
La repentina muerte de Candy a los 43 años por un infarto deshizo todas las ideas que circularon por la cabeza de los realizadores, mientras se iba alimentando cada vez más el mito de la maldición: ya eran tres las figuras que habían fallecido vinculadas a Atuk.
Luego hubo otros dos humoristas que también fueron señalados como posibles figuras para intentar filmarla: uno fue Chris Farley, que murió en 1997 tras consumir un cóctel de drogas luego de cuatro días de excesos; el otro fue Phil Hartman, que sonó a partir de rumores como posible protagonista, pero que fue acribillado por su esposa en 1998 mientras dormía.
Lejos de la supuesta maldición que todavía sobrevive entre algoritmos, páginas de libros de historias de Hollywood y comentarios en foros, el único guionista que hilvanó ideas sobre este film dio su opinión acerca de lo que lo persigue en una charla con Los Angeles Times en 1999.
“No importa cuál haya sido la impresión de cada uno, creo que es todo una coincidencia o tiene una explicación práctica. No soy una persona supersticiosa, así que esto no tiene significado para mí”, comentó, acerca de las sucesivas muertes que se encadenaron.
Carroll explicó que United Artists sigue teniendo los derechos del guion que escribió él aunque, por el halo trágico que tiene alrededor, dudó de que alguna vez Atuk se vea en la pantalla como la comedia que imaginó. “Con el actor y el tono correcto, pudo haber sido una buena película”, cerró.
