El 29 de abril de 1958 en Santa Ana, California, nació probablemente la Gatúbela más bella. En realidad, llegó al mundo la actriz de 49 películas, una de las estrellas más luminosas de Hollywood. Pese a ese brillo, Michelle Pfeiffer, quien cumple 65 años, tuvo un comienzo de oscuridad. La historia de su ingreso a una secta que le lavó el cerebro y le decía que se alimentara del sol…
Fue ella misma quien reveló detalles de su padecimiento hace unos años, cuando nadie estaba al tanto de lo que le había ocurrido cuando llegó a Hollywood, con tan solo 20 años. Fue en ese momento que cayó en las redes el respiracionismo. Se trata de una secta que promueve una filosofía “muy controladora” que le hace creer a la gente que puede vivir sin comer ni tomar agua.
La actriz encontró un gran vacío en la ciudad y la soledad la llevó a confiar en una pareja afín a esta secta. En un primer momento pensó que eran entrenadores personales: “Trabajaban con pesas y ponían a la gente a dieta. Lo suyo era el vegetarianismo”, o eso es lo que ella pensaba.
Pfeiffer advirtió que era víctima de una secta cuando conoció a quien después fue su marido, el actor Peter Horton. Ella lo ayudó a preparar su papel en una película sobre la secta Moon, el nombre dado a los seguidores de la Iglesia de la Unificación del Reverendo Moon Sun Myung.
Mientras lo ayudaba con esa investigación, se dio cuenta de que ella estaba en otro culto parecido. Cuando habló con uno de los “afectados” por esa secta, quien le describía “la manipulación psicológica” a la que había sido sometido, se le reveló la verdad.
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La actriz explicó que, aunque no vivía con ellos, pasaba buena parte del tiempo en su compañía. “Cada vez que los visitaba, tenía que pagar, así que económicamente se estaba convirtiendo en mi perdición”, recordó. Los respiracionistas creen que el ser humano en su escalafón más alto es respiracionista porque se nutre únicamente de la luz del sol y no necesita comida ni bebida para subsistir. Michelle Pfeiffer tuvo la lucidez de poder escapar de esa telaraña.
La carrera brillante de Michelle Pfeiffer
Entre finales de los ochenta y mediados de los noventa, Michelle Pfeiffer se convirtió en la actriz más importante y mejor paga del mundo. Su primer éxito fue Scarface (1983), pero a partir de Las brujas de Eastwick (1987) y especialmente de Las amistades peligrosas (1988) fue cuando se posicionó como una de las grandes actrices de Hollywood.
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Luego llegaron aclamadas y diversas interpretaciones en películas como Casada con todos (1988), Los fabulosos Baker Boys (1989), La casa Rusia (1990), Frankie and Johnny (1991), Por encima de todo (1992), Batman Returns (1992) y La edad de la inocencia (1993), que le valieron estar nominada a los Globos de oro de forma consecutiva en seis ocasiones, además de ganar en 1989 por su icónica interpretación como la cantante de salón Susie Diamond. También logró alzarse con tres nominaciones a los Premios Oscar.
Con la llegada del nuevo siglo, debido a su madurez y en especial a sus exigencias contractuales para estar más con sus dos hijos inició un periodo de retiro voluntario y a espaciar más sus trabajo. Después de varios papeles de bajo perfil, en 2020 protagonizó la película independiente French Exit, cuya actuación la devolvió también al circuito de premios como mejor actriz protagonista, siendo nominada por octava vez a los Globos de oro (2021).
A sus 65 años, la actriz anunció que no piensa en retirarse. Recientemente ha encarnado a la primera dama de EE.UU., Betty Ford, en la teleserie The First Lady (2022) y en 2023 reapareció en el papel de Janet Van Dyne en la tercera parte de la exitosa saga de Marvel Ant-Man And The Wasp: Quantumania, donde comparte elenco con Paul Rudd y Michael Douglas.