Es uno de los actores más famosos de la historia de Hollywood, aunque sus condiciones actorales superen la pantalla grande porque, esencialmente, Al Pacino es actor de teatro. Nacido en Nueva York, descendiente de italianos, este extraordinario artista cumple 83 años y sigue vigente y aclamado por todos, tal como lo es desde 1972, cuando el cine lo mostró por primera vez como Michael Corleone.
Y desde entonces, ya nada sería lo mismo para Alfredo James Pacino, su nombre completo, no solo por el crecimiento de los ofrecimientos laborales que tuvo, sino también porque su popularidad tuvo un pico tan alto como rápido. Suficiente como para descolocarlo en su vida privada, potenciando sus excesos, en especial el alcoholismo. Adicción que, reconocido recientemente por la propia estrella hollywoodense, lo llevó a no poder recordar “mucho de los 70″.
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Una década inolvidable para los amantes del cine protagonizado por Al Pacino pero olvidada por él mismo. “Tenía dificultad para enfrentarme a tanta atención. Yo era un gran bebedor, y claro, mi carrera explotó en los setenta, así que, lo siento, pero no recuerdo mucho de los 70″, confesó el neoyorkino al diario inglés The Sun.
Cumple 83 años Al Pacino: un actor de método que Hollywood premió poco
A lo largo de su carrera en el cine, Pacino es de esos actores que colecciona éxitos. Pero no entendiendo el éxito desde la vulgar venta de entradas, sino desde la calidad de la oferta. Así pasaron por su memoria los guiones para la trilogía de El Padrino, Tarde de Perros, Scarface, Perfume de Mujer, Carlitos Way, Sérpico, Un domingo cualquiera, El Irlandés, entre casi 60 películas.
Sin embargo, la Academia de Hollywood solo lo tuvo en cuenta para nominarlo al Oscar en nueve ocasiones. Y de éstas, solamente en una le dio el premio al Mejor Actor protagónico: en 1993, se lo dieron por su trabajo en Perfume de Mujer. En esa película interpreta al Coronel Slade, un militar que tuvo que pasar a retiro por haber quedado ciego, producto de un mal uso de armamento estando borracho.
Toda una paradoja que la única vez que lo premiaron con un Oscar haya sido por interpretar a un héroe alcohólico, justamente una de las adicciones que más lo alejó de la realidad y le impidió tener sensibles recuerdos de la década del 70. “Y ahora que lo pienso bien, tampoco recuerdo mucho de los 80″, confesó entre risas.
En las últimas semanas, Al Pacino fue noticia por su reencuentro con su expareja, la argentina Lucila Polak, de quien se había separado hace cinco años. Sin embargo, ambos reconocieron públicamente que sostienen una muy buena relación aun sin convivir.
Si estará o no en el festejo de los 83 años del actor, es un enigma, aunque lo que es un hecho es que la argentina fue testigo directa de cómo el actor fue alejándose de las adicciones que le impidieron (y le impiden) recordar sus grandes años.
Hace 30 años que dejó de tomar alcohol y en la entrevista admitió que esto se lo debe a su profesor de actuación, a quien considera la persona más influyente en su carrera y quien una vez le dijo algo que lo marcó para siempre: “Al, yo no te voy a pedir que pares o hagas tal cosa, pero te tengo que advertir que eres un alcohólico y consumes cosas”. Esa frase hizo que iniciara un proceso que se consumó al año siguiente, cuando de ser adicto. “Eso salvó mi vida”, admitió Pacino.
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Frustrado jugador de béisbol, su gran pasión de niño, en su adolescencia ingresó al “Actor’s Studio”, donde conoció al maestro Lee Strasberg quien lo transformó y le marcó las bases de lo que sería su carrera. Primero en el teatro, después en el cine y también -ya en el siglo XXI- en la televisión. En todos los rubros, dejó su huella imborrable, lo que lo convierte en uno de esos actores destinados a ser recordado por todos. Aunque él mismo no lo recuerde.