Hay mucha preocupación en el barrio de Westfield, Nueva Jersey, en el que está ubicada la verdadera casa en la que se inspiró Ryan Muprhy para su ficción Vigilante.
La propiedad, instalada en el Boulevard número 657 atrajo la mirada del mundo y, por ende, la llegada de turistas que se la pasan caminando por la zona y sacando fotos.
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Es por eso, que un grupo de vecinos ya empezó a preocuparse por la gran cantidad de gente que pasa. Muchos creen que van a encontrar algo terrorífico, pero la realidad es que es solo una casa.
“La casa es agradable. No es espeluznante ni nada”, comentó al medio de Nueva Jersey NJ, Pradeep Soni, uno de los hombres que llegó al lugar para conocer de cerca el verdadero hogar que se veía en la televisión.
Otra turista, Louise Evans, también dejó su testimonio a ese sitio digital. “Es una historia realmente interesante. Vivía en New Providence cuando todo esto sucedía, así que ahora que estoy visitando amigos por acá y pensé en venir a ver la casa”, argumentó.
Debido a la numerosa cantidad de gente que pasa todos los días por la zona, la Policía tuvo que poner custodia y rodear a la propiedad con cinta amarilla para que nadie se acerque.
El gran problema que enfrentan los vecinos, además de las visitas turísticas, son los gritos e insultos de los que circulan cerca. “Váyanse de la casa”, se escucha habitualmente que le gritan a quienes viven, ahora, allí.
“Todos estamos preocupados por la familia que habita allí ahora y sus vecinos. No puedo esperar el momento en que la gente pierda interés para que el barrio pueda volver a la normalidad”, comentó la vecina Trish Dulinski a ese diario.
Cómo fue la verdadera historia de “Vigilante”
Derek y Maria Broaddus estaban a punto de mudarse en junio de 2014 a la mansión ubicada en el 657 Boulevard de Westfield, Nueva Jersey. Felices, estaban arreglando la casa que habían comprado en 1.350.000 dólares cuando les llegó una carta amenazante.
Firmada por “El Vigilante”, el texto le daba “la bienvenida” al barrio, pero le advertía que alguien estaba atento a todo lo que hacía la familia.
“La casa de 657 Boulevard fue el objeto de mi familia durante décadas y, a medida que se acerca su cumpleaños número 110, me pusieron a cargo de observar y esperar su segunda venida. Mi abuelo vigilaba la casa en la década de 1920 y mi padre la vigilaba en la década de 1960. Ahora es mi momento. ¿Conocés la historia de la casa? ¿Sabés lo que hay dentro de los muros del 657 Boulevard? ¿Por qué estás acá? Voy a averiguar”, le escribió.
A medida que avanzaba en los párrafos, la cuestión se puso mucho más oscura. El vigilante sabía los movimientos de los hijos de la pareja, qué es lo que hacía dentro de la propiedad y dejó una frase que alertó mucho más a los nuevos propietarios: “¿Necesitás llenar la casa con la sangre joven que te pedí? Mejor para mí”.
De acuerdo a lo que cita la revista The Cut, Broaddus llamó la Policía de Westfield y se movilizaron a su vieja casa, que aún no habían desocupado del todo. También se contactaron con los dueños anteriores para saber qué les había pasado, aunque recién después admitieron que habían recibido textos similares.
Los Broaddus, a lo largo de las semanas que pasaron, siguieron recibiendo cartas cada vez más agresivas y delirantes. Esto los obligó, primero, a evitar mudarse y, segundo, a contratar a un detective para tener una investigación propia. El problema, para ellos, es que nunca se pudo llegar a una conclusión final de quién era la persona que mandaba esos textos.
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Luego de varios intentos infructuosos de desprenderse de la vivienda, la pudieron alquilar. Al tiempo, en agosto de 2019, los Broaddus vendieron la mansión. “No le deseamos nada más que la paz y la tranquilidad que una vez soñamos en esta casa”, le escribieron a los nuevos propietarios, que la adquirieron por mucho menos que el precio original, a 959 mil dólares.
