Dirigida por Andrew Dominik, el recorrido de Blonde tiene el aroma directo de un film de Terrence Malick. El espectador podría confundirse al verla y suponer que el hombre detrás de cámaras es el mismo que estuvo detrás de El árbol de la vida o La delgada línea roja. Pero no.
El realizador toma elementos oníricos clásicos en la filmografía de Malick para entrelazar pensamientos, reflexiones, recuerdos y vivencias de Marilyn Monroe con diferentes focos, colores, texturas y formas en la pantalla. Lo hace con un solo objetivo: hacer una autopsia visual de la laberíntica mente de una de las actrices que cambió a Hollywood.
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Para eso, el núcleo de las casi tres horas de película es la vida de Marilyn con su nombre real de Norma Jeane y su drama de la infancia: un padre inexistente y la relación tortuosa con una madre con problemas psiquiátricos.
Basada en la novela de Joyce Carol Oates, muchos aspectos de lo que se ve ocurrieron, pero otros se reimaginan. Como sea, su fina imagen elevan la actuación de Ana de Armas a otra categoría. Es tal la magnitud de la performance que brinda que, por momentos, realmente se mezcla con Marilyn Monroe: descolla en cada plano, brilla en cada toma, atrapa en cada secuencia.
En algunas de las secuencias que recrean fragmentos de películas, fotos históricas o momentos importantes en noticieros, es muy difícil diferenciar a la actriz cubana del personaje que interpreta.
A la vez, Blonde, también es una flecha directa a lo más rancio de una época que quedó enterrada, más allá de lo que verdaderamente padeció Marilyn con su madre: el perverso sistema de Hollywood que ayudó a la debacle mental de la actriz; el machismo reinante que atormentó a su ser; y el abuso que padeció desde chica y cuando se hizo adulta.
Blonde es una película incómoda. Larga. Por momentos tediosa, en su ritmo, pero no en su contenido. Es necesaria para entender la mente de una estrella que, aunque pasaron 60 años desde su muerte, todavía se extraña. Y hace falta.
Ana de Armas lloró al recibir una ovación de 14 minutos en el Festival de Venecia por su trabajo en “Blonde”
La recepción que tuvo Blonde, la película basada en la vida de Marilyn Monroe conmovió hasta las lágrimas a su protagonista. Tras el estreno en el Festival de Venecia, el film recibió una ovación de 14 minutos y Ana de Armas se quebró.
En un video que se viralizó, la actriz tuvo la misma reacción que Brendan Fraser, el actor que también fue aplaudido por todo el público tras la proyección del film de Darren Aronofsky, The Whale.
El drama biográfico, basado en la novela homónima de Joyce Carol Oates, era uno de los títulos más esperados del festival debido al protagonismo de Ana de Armas, que había sido puesto en duda por su acento latino.
Sin embargo, durante 14 minutos, el público aplaudió sin parar y de pie a la actriz cubana, que está en el mejor momento de su carrera en Hollywood. En las listas de las predicciones para el Oscar 2023, ya suena como mejor actriz por su rol en Blonde.
La película reinventa la vida de Marilyn Monroe, desde su infancia volátil como Norma Jeane hasta su ascenso al estrellato. El elenco incluye a Bobby Cannavale, Brody, Nicholson, Xavier Samuel y Evan Williams, además de Ana de Armas en el rol principal.